ESTRASBURGO.- El Parlamento Europeo ha aprobado hoy la propuesta de reforma del
derecho de autor en Internet. El texto, que había sido rechazado por los
eurodiputados el pasado julio con un margen de 40 votos, ha
experimentado una revolución dos meses después: 438 a favor, 226 en
contra y 39 abstenciones, según recoge El País, de Madrid.
Triunfa así el frente, liderado por Axel Voss,
eurodiputado popular y ponente de la iniciativa, que defiende la
urgencia de modificar la directiva en vigor, de 2001, y proteger a los
creadores con más garantías y remuneraciones justas frente a los colosos
de Internet que se benefician de la difusión de sus obras.
Cae
derrotado el bando de la eurodiputada Julia Reda, del Partido Pirata,
que considera que la reforma no ayuda a los artistas mientras que pone
en riesgo la libertad en Internet. El propio Voss celebró el resultado
de forma muy gráfica, con muecas y los pulgares hacia arriba.
La votación, tensa y larga debido
a una infinidad de enmiendas, ha respaldado los dos artículos que han
concentrado todas las polémicas, en una de las batallas ideológicas y de
movilización más agrias que el Europarlamento recuerde: el 11 crea un
derecho conexo para los editores de prensa, para que puedan autorizar o
prohibir a los agregadores de noticias online (como Google
News) que reproduzcan las publicaciones de sus medios, y decidir si
quieren exigir un cobro por ello.
La normativa no afecta a los enlaces,
ni siquiera si van acompañados de algunas palabras, pero sí a los
fragmentos de noticias (los llamados snippets) y su uso por parte de plataformas comerciales.
El artículo 13, la principal fuente de disputas, recoge que los
portales que almacenan, optimizan y difunden contenidos de usuarios con
fines comerciales (como YouTube) se responsabilicen por lo que los
internautas suban. Hasta la fecha, solo están obligadas a un control a posteriori, cuando se les señala una violación del copyright.
La reforma pretende que obtengan una licencia de los dueños de los
contenidos e implementen "medias apropiadas y proporcionadas" para
evitar alojar obras protegidas sin autorización.
Para los críticos, tras
esas palabras solo pueden esconderse filtros previos para controlar a priori
millones de contenidos, algo que tachan de tecnológicamente y
económicamente inviable, además de rozar la censura. Sus defensores
subrayan sin embargo que el artículo incluye una serie de excepciones,
para compañías pequeñas o blogs, que memes y parodias no se
verán afectados, y que se garantizan mecanismos de queja para los
contenidos que sean eliminados injustamente.
La pelea se mantuvo hasta el último momento. Los ministros de Cultura
de casi una decena de países europeos, entre ellos España, suscribieron
en la víspera de la votación una declaración conjunta para apoyar la
reforma. Sus partidarios defienden que proporciona más poder a los
creadores que utilizan Internet para difundir sus obras, y la ven como
una forma de proteger el patrimonio cultural europeo. Los dos grandes
partidos españoles, PP y PSOE, han apoyado la medida, Podemos e IU se
han opuesto, y en Ciudadanos no ha habido unanimidad.
Los socialistas españoles en la Eurocámara estiman que Internet no
puede ser un territorio sin ley: defienden que los editores de prensa
tienen derecho a una remuneración justa por la difusión de sus
publicaciones. Y son favorables a que plataformas como Youtube,
Pinterest, SoundCloud, Vimeo, DailyMotion, Flickr o Tumblr paguen a los
creadores por el contenido protegido por derechos de autor que suben los
internautas.
No todos lo ven así. Las reacciones tras la votación han
sido en algunos casos viscerales: "El Parlamento Europeo ha introducido
la censura de contenidos en Internet. Entramos oficialmente en un
escenario del Gran Hermano de Orwell", ha criticado el vicepresidente
italiano Luigi di Maio, del Movimiento 5 Estrellas.
Si finalmente sale adelante, gigantes de Internet como Facebook y
Google pueden verse obligados a compartir parte de sus ingresos con la
industria creativa, aunque todavía no se ha cuantificado el impacto en
sus cuentas. Edima, la organización que aglutina a las
plataformas digitales en la UE, se ha mostrado crítica con la decisión.
Cree que restringirá las noticias que los usuarios pueden compartir, y
ha alertado de que les impedirá subir determinados contenidos.
El resultado no ha sentado nada bien a los detractores de la norma.
Algunos opinan que el cambio legislativo abre la puerta a la censura
preventiva. "Ahora puede tratarse de una pieza musical ilegal, pero en
el futuro pueden ser opiniones. Necesitamos que se pague a los
creativos, lo que no puede ser es que los algoritmos decidan lo que
aparece en Internet y lo que no", advirtió el europarlamentario
socialdemócrata alemán Tiemo Wölken.
Tras la aprobación, los eurodiputados también votaron a favor de dar vía libre al informe para la llamada fase de triálogo:
Europarlamento, Comisión y Consejo Europeo buscarán consensuar
contrarreloj una versión definitiva de la reforma que tendrá que pasar
de nuevo por el voto de Estrasburgo para convertirse en directiva.
Las
elecciones europeas, previstas para mayo de 2019, meten prisa a las
instituciones.
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