PARÍS.- El Gobierno francés lamentó hoy la falta de acuerdo entre los pescadores
de vieiras franceses y británicos, que se disputan una zona en la
desembocadura del río Sena, y deseó que no vuelvan a reproducirse
enfrentamientos entre ambas partes.
"El ministro Stéphane Travert toma nota de la fracasada
negociación entre los pescadores para la captura de la vieira en la
desembocadura del Sena", dijo en un comunicado el ministerio francés de
Agricultura.
Travert añadió que "lamenta" que los pescadores
británicos y franceses "no hayan logrado un consenso para la explotación
duradera de la vieira" en la zona del contencioso.
Los pescadores franceses, sobre todo procedentes de la región de
Normandía, se quejan de que sus colegas del otro lado del Canal de la
Mancha no están sometidos a las mismas reglas que a ellos les impone la
normativa francesa para evitar el agotamiento de los recursos y
garantizar que cada invierno el caladero se regenera.
El contencioso llegó a su punto culminante a finales de agosto, cuando
una treintena de barcos salieron de los puertos de Trouville-sur-Mer,
Port-en-Bessin y Ouistreham, en Normandía, al encuentro de cinco
británicos que estaban pescando vieiras a más de 12 millas de la costa,
es decir, fuera de la zona exclusiva francesa.
Los
franceses rodearon a los británicos para obligarles a detener su
actividad y rápidamente la tensión subió a base de bengalas insultos y
choques de unos pesqueros contra otros, lo que se tradujo en daños en el
casco en al menos tres de ellos.
En su comunicado,
el ministro de Agricultura saludó "los esfuerzos" de los pescadores
franceses por su propuesta de compensaciones "razonables" en favor de
las embarcaciones británicas más pequeñas, a las que había pedido
postergar su faena.
Además, aplaudió que los
pescadores franceses hayan puesto de su parte para que la pesca de la
vieira en la desembocadura del Sena sea sostenible.
"A pesar de la normal decepción de los profesionales", Travert deseó que
"la campaña de pesca" de la vieira se desarrolle "en buenas
condiciones" tanto en la parte francesa como en la británica.
Los roces se han producido aunque existe un acuerdo entre los dos
países, que se renegocia cada año desde 2013 y que regula la entrada de
barcos británicos a la zona del contencioso.
Ese
compromiso bilateral prohíbe la entrada en aguas francesas de pescadores
británicos con embarcaciones de 15 o más metros, cuando los marinos
normandos tienen prohibido faenar allí.
Sin embargo,
ese acuerdo no prohíbe la entrada de las de menor tamaño fuera de época,
un vacío legal del que se han aprovechado los británico, según la
versión francesa.
De acuerdo con la esta versión, el
Reino Unido se niega a renegociar ese punto, en un momento en que
Londres y Bruselas están discutiendo un acuerdo para el "brexit", la
salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), que también podría
tener consecuencias para la pesca en el Canal de la Mancha.
En caso de "brexit" duro sin compromiso, el Canal de la Mancha quedaría
dividido en dos partes, de forma que los británicos no podrían entrar
en el espacio marítimo de la UE y viceversa.
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