ESTRASBURGO.- La Comisión Europea (CE) presentó hoy una propuesta para dar más poderes
a la Autoridad Bancaria Europea, uno de los tres supervisores
financieros de la Unión Europea (UE), para vigilar el lavado de dinero
en los Veintiocho tras varios escándalos en bancos del continente.
La iniciativa fue anunciada por el presidente del
Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, durante su discurso sobre el
Estado de la Unión ante la Eurocámara.
Busca paliar las lagunas en la aplicación de las normas
europeas contra el lavado de dinero, que está en manos de los
supervisores nacionales y falla a la hora de hacer controles
suficientes, cooperar entre países y por la falta de acuerdos comunes
con terceros Estados, según la Comisión.
Bruselas
propone reforzar el poder de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en
inglés), que se encarga de asegurar la coherencia entre las regulaciones
bancarias nacionales, para que pueda pedir a los supervisores
nacionales investigar posibles infracciones y exigirles que estudien
medidas selectivas, tales como sanciones.
Además,
como último recurso, si las autoridades nacionales no actúan, la EBA
podría dictar decisiones directamente contra operadores del sector
financiero.
La agencia se convertiría en un "centro
de datos" de la lucha contra el blanqueo en la UE, que recoja
información sobre tendencias y potencie el intercambio entre países.
Asimismo, se encargaría de hacer revisiones periódicas a los
supervisores nacionales, evaluaciones de riesgo y facilitar la
cooperación con terceros países en casos transfronterizos.
"La Autoridad Bancaria Europea será el número de teléfono de Europa
para cualquier asunto relativo a la lucha contra el lavado de dinero en
el sector financiero", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea
Valdis Dombrovskis.
"La UE debe sostenerse por sí
misma en lugar de depender de los supervisores de terceros países a la
hora de detectar y luchar contra el blanqueo de capitales", añadió.
La iniciativa llega después de que los fallos en la vigilancia
comunitaria quedaran en evidencia en febrero de este año cuando el
Departamento del Tesoro de Estados Unidos acusó al banco letón ABLV de
lavado de dinero, una infracción que había pasado inadvertida para las
autoridades nacionales y europeas.
Además ING en
Holanda aceptó la semana pasada pagar una multa de 775 millones de euros
en el país por haber permitido durante años que sus cuentas se usasen
para el blanqueo de cientos de millones de euros, escándalo que se saldó
con la dimisión ayer mismo de su director financiero.
Y la filial estonia del banco danés Danske Bank está siendo investigada
por las autoridades de Copenhague y Tallin por haber permitido el
blanqueo de miles de millones de dólares de dinero ruso entre 2007 y
2015.
La propuesta anunciada hoy se incluirá en la
revisión de la regulación de las agencias supervisoras europeas y tiene
que ser aprobada por los países y la Eurocámara para entrar en vigor.
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