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martes, 25 de septiembre de 2018

El Gobierno español ratifica su apoyo al CETA, "modelo de inspiración universal"

NUEVA YORK.- El Gobierno español considera que el apoyo de Pedro Sánchez al acuerdo económico y comercial entre la UE y Canadá (CETA) quedó totalmente claro en la reunión que mantuvo este domingo en Montreal con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y asegura que supone un "modelo de inspiración universal".

Sánchez, quien tras su viaje a Montreal está en Nueva York para participar en la apertura del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, trasladó a Trudeau ese respaldo de su Gobierno después de que el año pasado, a instancias suyas, los diputados socialistas se abstuvieran en la votación del Congreso que aprobó la firma de ese tratado.
El PSOE justificó entonces su abstención como un "toque de atención" a la UE ante el "nuevo marco" que se estaba abriendo y en el que consideró necesario "revisar los tratados" con el objetivo de buscar un comercio internacional más justo.
Fuentes del Ejecutivo subrayan que las dudas se han disipado, que Sánchez respalda totalmente ese tratado y que así se evidenció en la reunión que mantuvo con Trudeau.
En ella suscribieron dos declaraciones en las que ambos jefes de Gobierno consideraron que se hizo patente su coincidencia en impulsar una agenda progresista, y en una de ellas se asegura que el CETA "proporciona un marco para aumentar los flujos de comercio bilateral".
En un foro posterior a su reunión, el Sommet Global Progress, ambos conversaron sobre los retos del futuro en la que volvió a abordarse el acuerdo CETA y Sánchez reiteró que se trata de un modelo del que deberían tomar ejemplo los futuros acuerdos comerciales.
Las fuentes españolas subrayan que ese apoyo expresado por el presidente del Gobierno no es nuevo y quedó también claro en una respuesta parlamentaria que este mismo mes remitió al senador de Compromis Carles Mulet.
Mulet, ante la posición de los socialistas en la votación del CETA cuando estaban en la oposición, preguntó al Gobierno qué medidas iba a adoptar para retirar el aval de España a ese acuerdo.
En su contestación, el Gobierno ya resaltó que se trata de "un acuerdo ambicioso que cubre un espectro de temas mucho más amplio que todos los acuerdos de esta naturaleza firmados hasta ahora por cada una de las partes y que suponen uno de los principales hitos de la política comercial comunitaria, representando un modelo a seguir en los futuros acuerdos de la Unión Europea con terceros países o áreas geográficas".
"Es un instrumento beneficioso tanto para España como para el conjunto de la Unión Europea, pues está contribuyendo a fortalecer las relaciones con Canadá, con efectos provechosos para las economías al facilitar el incremento de los intercambios comerciales y de los flujos de inversión", añadió el Gobierno.
Además, resaltó que el CETA se engloba plenamente en la estrategia comercial de la UE y que constituye una de sus prioridades para fomentar el crecimiento económico.
"Se trata de un instrumento comercial moderno, vanguardista en el establecimiento de reglas y pautas para un comercio global justo y sostenible. A través de ellas está abocado a convertirse en modelo de inspiración universal", añadió.
Asimismo, consideró que brinda una oportunidad para adelantarse a otros actores internacionales y marcar estándares globales y patrones de comportamiento en materias de desarrollo sostenible, laborales y medioambientales.
Para el Gobierno español, la apuesta por un comercio libre y contra el proteccionismo constituye una señal para el resto del mundo.
No obstante, subraya que España permanecerá "vigilante" y solicitará a la Comisión Europea que se exija el cumplimiento estricto de las disposiciones previstas en los capítulos de derecho sostenible, así como la inclusión de disposiciones específicas en materia de igualdad de género, lucha contra la corrupción y medidas de apoyo específico a las pequeñas y medianas empresas.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Bruselas celebra el primer año del CETA y califica su resultado de "alentador"

BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) celebra mañana el primer aniversario de la entrada en vigor de su acuerdo comercial con Canadá, conocido como CETA, y hoy ha subrayado los "resultados alentadores" en las exportaciones y los diferentes sectores que se han registrado en sus primeros doce meses.

"Los datos preliminares muestran que hay mucho que celebrar, incluso en esta etapa. Las exportaciones están al alza en general y muchos sectores han visto incrementos llamativos. Son grandes noticias para las empresas europeas, grandes o pequeñas", afirmó la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, en un comunicado.
La comisaria sueca señaló, no obstante, que hay "ciertas áreas" en las que "hay que asegurar que implementamos del todo lo que hemos acordado", y dijo que hablará de este asunto con sus homólogos canadienses en una reunión los próximos 26 y 27 de septiembre en Montreal.
Las estadísticas publicadas hoy por la Comisión apuntan a un aumento del 7 % en las exportaciones europeas a Canadá, entre ellas, de un 8 % en maquinaria y accesorios mecánicos, del 10 % en productos farmacéuticos, 10 % en mobiliario, 11 % en perfumes y cosméticos, 8 % en calzado y 11 % en ropa.
En agricultura, el bloque comunitario vendió a Canadá un 29 % más de frutas y nueces, un 34 % más de chocolate, un 11 % más de vino espumoso y un 5 % de whisky.
Bruselas señala casos concretos de empresas europeas que se han beneficiado del acuerdo, como la española Hiperbaric, para cuyos trabajadores, según la CE, es más sencillo entrar en Canadá temporalmente para instalar y mantener sus equipos.
El acuerdo entró en vigor el 21 de septiembre de 2017 después de que ambos bloques lo firmaran el 30 de octubre de 2016, una rúbrica con la que concluyeron siete años de negociaciones y una fase final accidentada después de que la región belga de Valonia vetara el texto diez días antes de la firma.
El acuerdo eliminó la práctica totalidad (un 98 %) de los aranceles en el comercio entre ambos bloques, un ahorro de 590 millones de euros anuales cuando las restricciones se levanten por completo.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Trudeau viajará a Europa la próxima semana para defender el acuerdo comercial


OTTAWA.- El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció hoy que viajará la próxima semana a Europa y que el 16 de febrero pronunciará un discurso en el Parlamento Europeo (PE) en el que defenderá el acuerdo de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea (UE).

La Oficina del Primer Ministro canadiense señaló en un comunicado que Trudeau viajará a Estrasburgo el 16 de febrero y posteriormente visitará Berlín y Hamburgo.
En Francia, Trudeau pronunciará un discurso sobre "la importancia de la relación entre Canadá y la Unión Europea" a invitación del presidente del PE, Antonio Tajani.
Es la primera vez que un primer ministro canadiense en funciones se dirige al pleno del Parlamento Europeo.
El 16 y 17 de febrero, Trudeau viajará a Alemania, donde el primer ministro canadiense se reunirá con la canciller Angela Merkel.
La Oficina del Primer Ministro añadió que la visita "servirá para profundizar el estrecho lazo entre Canadá, Alemania y la Unión Europea" y para promover "el papel de Canadá como un líder en comercio e inversiones progresistas".
Canadá y la UE firmaron en octubre de 2016 un acuerdo de libre comercio, llamado CETA, que todavía tiene que ser ratificado por el Parlamento Europeo este mes antes de entrar en vigor, de forma provisional, en abril.
La aprobación definitiva del acuerdo dependerá de la ratificación de todos los parlamentos nacionales de los países de la UE.
Trudeau dijo en un comunicado que el CETA "es el acuerdo comercial más progresivo firmado en la historia de Canadá o de la Unión Europea".
"El CETA establece un elevado estándar para los acuerdos de libre comercio del futuro. Beneficiará a Canadá y la Unión Europea al abrir nuevos mercados y crear nuevas oportunidades para los negocios canadienses y trabajadores en ambos lados del Atlántico", añadió Trudeau.

domingo, 15 de enero de 2017

Perdedores y ganadores del acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá

PARÍS.- El acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá firmado a fines de octubre da lugar a múltiples controversias sobre quién sale ganando y quién perdiendo con la apertura casi total de las fronteras entre las dos regiones.

El Acuerdo Económico y Comercial Global, más conocido por su acrónimo inglés CETA (Comprehensive Economic and Trade Agreement), suprime el 99% de las barreras arancelarias entre la UE y Canadá. Abre también las contrataciones públicas de cada región a las empresas de la otra.
De esta manera facilita el ingreso al mercado de América del Norte de empresas europeas, que son las que salen ganando con el acuerdo. Sin embargo, las que dependen más del mercado interior europeo son más vulnerables frente a la llegada de la competencia canadiense.
Es la ley del libre comercio, como lo recuerda Radu Vranceanu, profesor de Economía de la escuela de negocios francesa ESSEC, que defiende este tipo de tratados creadores de empleo.
El politólogo Thomas Guénolé no comparte en cambio esa visión: "el CETA permite aumentar los márgenes de las grandes firmas globalizadas. Son ellas las que salen ganando", explicó subrayando que "la población obrera y las de profesiones intermedias son las que pierden".
Karine Jacquemart, directora general de la ONG Foodwatch, estima lo mismo. A sus ojos, los grandes ganadores serán "las empresas que tendrán acceso a las contrataciones públicas, sobre todo las multinacionales que gozarán de acceso y derechos excepcionales, en particular el mecanismo de arbitraje de los conflictos comerciales".
El secretario de Estado francés a cargo del Comercio Exterior, Matthias Fekl, lo recordó en numerosas ocasiones. En el caso de Francia, el CETA incluye 42 indicaciones geográficas que se agregan a las apelaciones en el vino y los espirituosos ya reconocidas desde 2004. Esta producción podrá ingresar en el mercado canadiense sin aranceles. Según Fekl el acuerdo favorecerá por lo tanto las apelaciones lecheras y de embutidos.
Un argumento que el portavoz de la ONG ATTAC, Dominique Plihon, considera "ridículo". Para Plihon las apelaciones de origen controlado producen de manera artesanal en cantidades limitadas y no saldrán ganando. "Al contrario, va a facilitar la llegada a Europa de la comida basura, como la carne con hormonas y productos con OGM", advirtió.
La filial agrícola francesa manifestó en varias ocasiones su preocupación por la competencia canadiense. La filial bovina es la que más se inquieta.
Según Emmanuel Aze, de la Confederación Campesina, que se hayan acordado contingentes adicionales libres de aranceles para la carne bovina y porcina canadiense va a "acentuar la fragilidad de estas filiales en la UE, así como el disparador hacia una agricultura industrial".
Los industriales canadienses del sector agroalimentario por su lado son casi unánimes sobre las perspectivas positivas que presenta el CETA.
Matthias Fekl presentó a menudo el CETA como el anti-TTIP, el tratado en negociación con Estados Unidos, la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión. Denunció el "desdén" en las negociaciones de parte de Washington y negó que el acuerdo con Canadá sea "un caballo de Troya" que permitirá a las empresas estadounidenses ingresar al mercado europeo pasando por Canadá.
Pero Plihon, de ATTAC, denuncia que el acuerdo con Canadá es "la puerta de entrada de las multinacionales estadounidenses" a la UE.
¿Y la democracia ? ¿Sale perdiendo? Karine Jacquemart constata que el principio de precaución no está mencionado en el tratado. "Cuando nada garantiza ese principio, los legisladores europeos, los ciudadanos y los consumidores salen perdiendo. Los ganadores son las multinacionales y los que no tienen interés en que se tomen decisiones sobre la base del principio de precaución", afirmó.

domingo, 30 de octubre de 2016

Schulz dice que el CETA es más que un "paso positivo" para el comercio entre la UE y Canadá

BRUSELAS.- El presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, destacó hoy que la firma del tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Canadá, conocido como CETA, es "más que un paso positivo".

Con motivo de la cumbre que se celebró hoy en Bruselas entre la UE y Canadá, Schulz señaló en un comunicado que la presencia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para la firma del CETA "representa mucho más que un paso positivo en nuestras relaciones bilaterales".
Schulz considera que la firma de este tratado es la señal de que la UE y Canadá están comprometidos a trabajar juntos en las relaciones internacionales y en el comercio internacional sobre la base de compartir transparencia y valores.
Martin Schulz también ensalza la paciencia y la flexibilidad con la que el Gobierno canadiense ha afrontado el último tramo de las negociaciones en relación al CETA.
"Hace unos pocos días, nosotros leíamos en la prensa que el CETA estaba muerto. Hoy nosotros tenemos un acuerdo que puede ser considerado como estándar para futuros acuerdos. CETA es un buen, moderno y progresivo acuerdo", agregó Schulz.

Tusk: "La alternativa al libre comercio es el aislamiento y el proteccionismo"

BRUSELAS.- El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró que el acuerdo de libre comercio firmado hoy entre la Unión Europea (UE) y Canadá va "más allá del ámbito del comercio" y es una herramienta para luchar contra quienes solo ven "fatalismo" político.

"La alternativa al libre comercio es aislamiento y proteccionismo", declaro Tusk ante la prensa tras la cumbre UE-Canadá que sirvió de escenario para firmar el pacto.
El presidente del Consejo Europeo reconoció que "no ha sido fácil llegar hasta aquí", después de que la UE se viera forzada a aplazar la firma, inicialmente prevista para el jueves, por el bloqueo de última hora de la región belga de Valonia.
Pero enfatizó que la firma supone un paso en la buena dirección para los europeos y los canadienses.
"Los acuerdos de libre comercio han sacado a cientos de millones de personas del hambre y la pobreza. El problema es que pocos se lo creen", declaró el presidente del Consejo Europeo, quien también celebro que hoy se firmara, además, con Canadá un segundo Acuerdo de Asociación Estratégica que aborda asuntos como la energía, el clima, la migración o la seguridad.
"La migración es un punto clave en el que la cooperación con Canadá es extremadamente importante", subrayó.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, señaló que la de hoy es "una de las cumbres más importantes de los últimos años" para la UE .
El CETA es "el mejor y el más progresista (acuerdo) negociado nunca por la UE", declaró Juncker, quien agregó que marcará los estándares de la veintena de acuerdos de libre comercio que negocia la UE con otros países.
Se abre un "nuevo capítulo en las relaciones" entre Canadá y la UE", subrayó Juncker, quien aseguró que el pacto comercial traerá "más y mejores trabajos" a Europa sin renunciar a los "valores" de la UE y de Canadá.
"Si todos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) se inspirasen en este acuerdo (...) el mundo del trabajo y del emprendimiento serían los primeros beneficiados", dijo Juncker, quien subrayó que 31 millones de empleos en la UE dependen directamente de las exportaciones.
Para el presidente de la CE, el acuerdo ha respetado la "transparencia, defensa de nuestros servicios públicos, derecho laboral y protección del medioambiente", los aspectos más polémicos de un pacto muy criticado por movimientos antiglobalización.
El acuerdo deberá ser aprobado por el Parlamento Europeo (PE) el próximo enero y después por los parlamentos nacionales de los veintiocho Estados miembros de la UE.
"Mi predicción es que no habrá un gran problema en el Parlamento Europeo", señaló Tusk.
A partir de ese momento, el CETA se implementará automáticamente al 95 %, a expensas de que los países vayan aprobándolo en sus hemiciclos para tener vigencia completa.
Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, coincidió en todo momento con la opinión expresada por sus colegas europeos y dijo que con este acuerdo su país "afirma su compromiso para asegurar un mejor futuro para todos los ciudadanos, tanto canadienses como europeos".
Tras indicar que el acuerdo aportará amplias posibilidades para ambas economías, Trudeau insistió en las ventajas que aportará en materia de empleo, de acceso a los mercados, en seguridad alimentaria, en medio ambiente y en gestión de los recursos naturales.
En este contexto, Trudeau hizo hincapié en la necesidad que ahora existe de demostrar que el acuerdo beneficia a las clases medias, a las pequeñas y medianas empresas y a los actores económicos de ambas áreas, "que deben aprovechar las grandes oportunidades" que ofrece el CETA.
Preguntado por qué se insistía en que se trataba de un acuerdo "progresista", Trudeau indicó que existe gente preocupada por la globalización y la pretende bloquear, y dijo que Canadá trabaja con la Unión Europea en un nuevo método, "en un nuevo estándar donde la gente sepa que está bien protegida".
Finalmente puso de relieve las ventajas del sistema democrático, "que hace posible que haya múltiples puntos de vista", y señaló que ante las voces que discrepan "hay que escuchar esas preocupaciones y encauzarlas".

Manifestantes se cuelan en la sede del Consejo Europeo donde se firmaba el CETA

BRUSELAS.- Varios manifestantes que protestaban hoy a las puertas de la sede del Consejo Europeo contra la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Canadá, conocido como CETA, lograron saltarse las barreras policiales y acceder al edificio.

Los opositores al CETA, vestidos con monos blancos, lanzaron pintura sobre las fuerzas de seguridad y una decena de ellos logró llegar hasta la entrada, donde fueron aplacados por policías y militares belgas.
No obstante, al menos dos de ellos se introdujeron en el vestíbulo del edificio, provocando que las fuerzas de vigilancia tuvieran que bloquear la entrada al nivel de los controles de seguridad para impedirles el acceso.
El incidente duró unos minutos, no dejó heridos y la policía se llevó esposados a varios de los manifestantes contra el CETA, que firmarán en Bruselas a mediodía de hoy el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el máximo responsable de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Uno de los portavoces de la protesta, Camille Lambert, explicó que la manifestación tiene el objetivo de reclamar que los ciudadanos participen "democráticamente en la firma del CETA, lo que por ahora no ocurre en absoluto"
"No son más que derechos que se les otorgan a las multinacionales" que no tienen que "rendir ninguna cuenta" y tampoco existen "mecanismos de sanción en caso de violación de reglas sociales o medioambientales", denunció Lambert.
El acuerdo es un ambicioso pacto comercial que espera incrementar los intercambios entre ambos territorios en 20.000 millones de euros al año y que algunos movimientos sociales critican al entender que no respeta el medio ambiente, que se ha negociado sin transparencia y que favorece a las multinacionales y no a los ciudadanos.

Las claves del acuerdo CETA entre la Unión Europea y Canadá

BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) y Canadá firmaron hoy un acuerdo de libre comercio que se conoce como CETA, acrónimo en inglés de "Comprehensive Economic and Trade Agreement".

El pacto se desarrolla en 13 capítulos repartidos en 1.598 páginas y Bruselas y Ottawa estiman que tendrá un impacto anual de 12.000 millones de euros para la UE, con 508 millones de habitantes, y de 8.000 millones para Canadá, con 35 millones de residentes. Estos son los principales aspectos del acuerdo.
- HISTORIA: La Comisión Europea (CE) y el Gobierno de Canadá empezaron a negociar en mayo de 2009. Se llegó a un acuerdo en 2014 y el Ejecutivo comunitario hizo público el acta de negociación en agosto de 2015.
 
- CONTEXTO: La UE es el segundo socio comercial para Canadá, tras Estados Unidos, mientras que Canadá ocupa el puesto número 12 para la UE, que en 2014 exportó a ese país bienes por valor de 31.700 millones de euros y absorbió bienes canadienses valorados en 27.400 millones. Los países de la UE y Canadá son socios en la OTAN, la OCDE y la OSCE, entre otros.
- CLAVES: El CETA reduce las tasas aduaneras para un gran número de productos y estandariza normas para favorecer los intercambios y para cambiar profundamente las relaciones comerciales entre dos territorios altamente desarrollados.
Canadá gana mayor y mejor acceso a un mercado de 500 millones de personas, con ventajas para sus empresas que no tienen otras grandes potencias económicas como Estados Unidos o Japón.
Las europeas se ahorrarán más de 500 millones de euros al año en aranceles y aumentarán su cuota de acceso a las licitaciones públicas en Canadá, en mercados como las telecomunicaciones, la energía o el transporte.
El tratado eleva gradualmente las cuotas europeas para productos agrícolas de Canadá y homologa recíprocamente las regulaciones de productos como maquinaria industrial, equipos de radio, juguetes o equipos de medición.
La protección de las patentes europeas en Canadá pasa de 20 a 22 años, se refuerzan los derechos de autor, mejora la convalidación de títulos universitarios y profesionales y facilita la expatriación de trabajadores.
- FUERA: no entran en el CETA los servicios sanitarios, sociales o la educación, y se aplican restricciones a otros como el audiovisual. Tampoco permite la exportación canadiense de organismos genéticamente modificados (OGM) o ternera tratada con hormonas.
- CRÍTICAS: Movimientos de izquierda y antiglobalización han criticado el CETA, entre otras cosas, por la opacidad con la que se negoció. Lo consideran "el caballo de Troya" del acuerdo TTIP que se discute con Estados Unidos y le achacan que beneficia a las multinacionales y no a los ciudadanos.
El ámbito que más desconfianza ha generado es el de los arbitrajes del denominado Investment Court System (ICS), un sistema privado de administración de Justicia entre inversores y Estados con el que se pretende estandarizar interpretaciones y acelerar las decisiones.
Ante la reticencia que suscitaban los arbitrajes, se decidió que fueran la UE y Canadá quienes eligiesen a los jueces, se reforzaron además los códigos de conducta y se introdujo el derecho de apelación.
Respecto a los Estados de la UE, más allá del bloqueo de la región belga de Valonia al CETA, Rumanía y Bulgaria reclamaron reciprocidad en la política de visados; Eslovenia y Hungría temían que los jueces de los arbitrajes no conocieran sus sistemas legales; Grecia se quejó porque no se respetaba la denominación del queso Feta y el Constitucional alemán aún no ha dicho su última palabra.
- CALENDARIO: El Parlamento Europeo lo aprobará el próximo 17 de enero, y automáticamente se aplicará al 95 %. Para estar plenamente vigente tendrán que ratificarlo los Parlamentos de los Veintiocho Estados miembros. Una tarea que se augura larga e incierta, además de inédita.

La Unión Europea y Canadá firmaron hoy el acuerdo de libre comercio

BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) y Canadá firmaron hoy domingo un acuerdo de libre comercio que se conoce como CETA y que ambas partes consideran el más ambicioso negociado nunca, pues además de eliminar barreras arancelarias introduce estándares normativos para incrementar profundamente los intercambios entre ambas economías.

"El CETA es el mejor y el más progresista negociado nunca por la UE", declaró tras la firma el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, para quien el acuerdo fijará los estándares de la veintena de acuerdos de libre comercio que negocia la UE con otros países.
La ceremonia y la posterior rueda de prensa se desarrolló en un clima relajado y entusiasta una vez superado el bloqueo "in extremis" de la región belga de Valonia, que a última hora obligó a retrasar tres días la firma.
La mitad francófona de Bélgica logró, además de provocar en Jucker una irritación que no disimula, que se añadiera en al tratado un anexo explicativo, con valor jurídico pero que no modifica una sola de las 1.598 páginas del CETA, según la Comisión.
"Las cosas difíciles son difíciles", dijo hoy el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien aseguró que el rocambolesco desenlace del CETA en las entrañas institucionales europeas demuestra que la democracia en la UE "funciona".
Los representantes europeos y canadienses celebraron que se haya hecho realidad un pacto que, dicen, beneficiará a empresas y trabajadores.
En palabras del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, "si todos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) se inspirasen en este acuerdo (...) el mundo del trabajo y del emprendimiento serán los primeros beneficiados".
El CETA, acrónimo en inglés de "Comprehensive Economic and Trade Agreement", afecta a unos 545 millones de personas y tendrá un impacto anual de 12.000 millones de euros en la economía de la UE y de 8.000 en la de Canadá, según las instituciones europeas.
Se trata de un pacto que, además de eliminar tasas aduaneras y aceptar la homologación recíproca de normas que afectan a productos manufacturados, refuerza la protección de patentes farmacéuticas, convalida títulos universitarios y abre los mercados de licitaciones públicas, entre otros puntos.
Negociado desde hace siete años, no solo sentará la base para los futuros acuerdos de la UE, sino que sus promotores confían en que se convierta en el nuevo estándar para los pactos internacionales de libre comercio desde una perspectiva "progresista" porque beneficia a las clases medias, a las pequeñas y medianas empresas y a los actores económicos de ambos territorios.
La Comisión y el Consejo Europeo insisten en que eliminará anualmente más de 500 millones de euros en aranceles a las empresas europeas de forma que se dará durante "décadas" un impulso a las exportaciones, donde actualmente se encuentran 31 millones de los empleos de la UE.
Pero muchos, especialmente desde posiciones de izquierda altermundista y ecologista, han criticado el acuerdo, que consideran se ha negociado de manera opaca y redactado para beneficio de las multinacionales, al margen de los ciudadanos.
Entre los puntos más controvertidos del CETA se encuentra el sistema de tribunales privados de arbitrajes, conocidos técnicamente como ICS y previstos para resolver los litigios entre inversores y Estados de forma que se estandaricen marcos normativos y se aceleren las sentencias.
Los movimientos antiglobalización creen que se trata, en realidad, de un sistema que coloca en manos privadas con intereses oscuros la capacidad de los Estados de administrar Justicia.
La oposición ciudadana a esos tribunales de arbitraje obligó a los negociadores a modificarlos para que fueran la UE y Canadá quienes designaran a los magistrados, en vez de las empresas y los Estados, para introducir el derecho de apelación y para elevar las exigencias éticas a los jueces.
El CETA podrá aplicarse al 95 % a partir del próximo enero, cuando está previsto que lo apruebe -sin dificultades- el Parlamento Europeo (PE). Pero para implementarse completamente, el acuerdo deberá ser ratificado por los Parlamentos nacionales de los Veintiocho, labor que se anuncia larga y farragosa.
Prueba de las reticencias que suscita el CETA es que en la mañana del domingo, poco antes de la ceremonia que alumbraba oficialmente el acuerdo, un grupo de manifestantes logró superar las barreras policiales de la sede del Consejo Europeo y llegar hasta el vestíbulo del edificio. La protesta se saldó con 16 detenciones.

lunes, 24 de octubre de 2016

Canadá y la Unión Europea insisten en una cumbre, pese al rechazo al pacto comercial


OTTAWA.- Canadá y la Unión Europea (UE) confirmaron hoy una próxima cumbre, aunque continúa en el aire la posibilidad de suscribir un tratado de libre comercio (CETA), debido al rechazo de un territorio belga.

Mediante su cuenta en Twitter, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, informó sobre conversaciones con el presidente del Consejo Europeo (CE), Donald Tusk, a fin de mantener el diálogo pese a las contrariedades.

'Hablé hoy con Tusk. Acordamos que la UE y sus miembros deberían seguir trabajando en la cumbre del jueves' en Bruselas, Bélgica, afirmó Trudeau en la red social.

Mientras, la ministra de Comercio Internacional de Canadá, Chrystia Freeland, aseguró en rueda de prensa que el CETA (siglas en inglés del pacto) 'no está muerto y estamos trabajando mucho'.

'Canadá está preparada para firmar el acuerdo el 27 de octubre y en estos momentos la pelota está en el terreno de Europa', señaló la funcionaria, en alusión a la postura de la región belga de Valonia, cuyo voto en contra impide a la UE de suscribir el documento.

La titular también se refirió a las declaraciones realizadas este lunes por el presidente del Consejo Europeo en torno a la posibilidad de que Valonia levante el veto al CETA antes del jueves.

'Les deseamos lo mejor y esperamos que lo consigan', aseguró Freeland, quien restó importancia al caso, pues el tratado cuenta con el apoyo de 27 estados miembros de la UE e incluso de Bélgica al nivel federal.

Según declaró, 'Canadá está preparada para firmar ahora. Hemos hecho nuestro trabajo. Ahora es el momento para que Europa haga su trabajo. Los europeos han reconocido en todos sus niveles que es el trabajo de la UE y que están trabajando mucho. Les deseamos lo mejor', añadió.

También por vía de Twitter, el presidente del Consejo Europeo confirmó el diálogo con Trudeau, pues 'pensamos que la cumbre del jueves todavía es posible', escribió.

El 'no' de Bélgica deja en el aire la firma del CETA

BRUSELAS.- La firma del acuerdo comercial entre la UE y Canadá (CETA) está en el aire después que Bélgica no consiguiera este lunes el 'sí' de todos sus Gobiernos regionales a este espacio de libre comercio de unos 550 millones de habitantes, pese a la presión de los europeos.

"Bélgica no puede firmar el CETA", aseguró el primer ministro belga, Charles Michel, quien comunicará su decisión al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para que junto a responsables canadienses decidan si mantienen la cumbre prevista el jueves en Bruselas para la firma oficial del tratado.
En virtud del denominado "acuerdo mixto", la Unión Europea necesita el visto bueno de todos los países del bloque para poder firmar el CETA. Y Bélgica, un Estado federal, necesita a su vez la aprobación de todas sus entidades, tanto federales como regionales.
Al término de una breve reunión con los responsables regionales, el primer ministro belga confirmó que, aunque el gobierno federal, la comunidad de habla alemana y la región flamenca de Flandes quieren el acuerdo, la región de Valonia, la comunidad francófona y la región de Bruselas lo rechazan.
Según el presidente regional valón, el socialista Paul Magnette, Michel dijo durante la reunión que el presidente del Consejo Europeo "quería una respuesta hoy de 'sí' o ´no'".
 "Es evidente que, en las circunstancias actuales, hoy no podemos decir 'sí'", aseguró.
Magnette, la cara visible hasta el momento del bloqueo, no se opone a un acuerdo comercial con Canadá, pero este no debe dañar, a su juicio, las normas sociales y medioambientales, así como la protección de los servicios públicos, aseguró poco antes.
El dirigente valón, que reclama más garantías frente a las multinacionales, reiteró también sus críticas a uno de los puntos más controvertidos del acuerdo, que autoriza a las multinacionales que invierten en un país extranjero a demandarlo si adopta una política contraria a sus intereses.
El presidente del Consejo Europeo, que representa a los 28 países del bloque, deberá abordar por teléfono durante la noche con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, la actual situación de bloqueo en Bélgica, que podría implicar la anulación o el aplazamiento de la firma del CETA.
Según una fuente europea, el Ejecutivo comunitario estaría dispuesto a dejar algunas semanas más de tiempo. "En este momento, necesitamos paciencia", dijo el portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas, en su rueda de prensa diaria.
Una línea defendida desde hace días por el gobierno valón, ya que, en palabras de Magnette, los ultimátums "hacen imposible una discusión serena, un debate democrático".
Independientemente de los motivos esgrimidos, el veto valón cuenta con el respaldo de las ONG, que consideran el CETA como la antesala de un acuerdo comercial más ambicioso negociado entre la UE y Estados Unidos, conocido como TTIP.
"Más adelante habrá tratados con los estadounidenses, los japoneses y los chinos, por lo tanto se necesita una base jurídica sólida" con los canadienses, confesó en esta línea el presidente del Parlamento valón, André Antoine, quien pidió también tiempo para analizar las 1.600 páginas del acuerdo y sus declaraciones interpretativas.
La imposibilidad para la UE de firmar el acuerdo comercial con Canadá, negociado durante siete años, abriría una nueva crisis en un bloque europeo debilitado desde el crash financiero de 2008.
Los partidarios del acuerdo, que prevé la supresión de la práctica totalidad de los derechos de aduana, defienden sus beneficios para el crecimiento económico y la creación de empleo.
El 'no' de Bélgica siembra también dudas sobre el futuro de otros acuerdos comerciales negociados con Japón o con los países del Mercosur, así como sobre la capacidad de los europeos de negociar con Reino Unido su salida del bloque.
A nivel belga, el rechazo de Valonia, una región de 3,6 millones de habitantes con una industria perjudicada por los efectos de la globalización, tensa aún más sus relaciones con sus vecinos de la región flamenca de Flandes, más rica y partidaria del CETA.

Bélgica impide el acuerdo comercial de la Unión Europea con Canadá

BRUSELAS.- El primer ministro belga, Charles Michel, reiteró la posición de Bélgica al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, de que sigue sin poder firmar el acuerdo de comercio entre la Unión Europea (UE) y Canadá, conocido como CETA, según publica la edición digital de La Libre Belgique.

Michel ha comunicado oficialmente por teléfono esa posición a Tusk, según el mismo medio.
El primer ministro belga, además, volvió a afirmar que su país "no está en posición de firmar el CETA", según señaló al término de la reunión de ministros federales y regionales en la que Valonia insistió en su rechazo al tratado.
El Consejo Europeo no se pronunciará oficialmente sobre este nuevo rechazo hasta que Tusk haya hablado esta tarde con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, según informaron fuentes comunitarias.
El ministro-presidente de la región francófona belga, el socialista Paul Magnette, dijo tras el encuentro que "en las circunstancias actuales no podemos dar un sí hoy", según recoge La Libre Belgique.
A su llegada al encuentro, Magnette había advertido de que Valonia "nunca decidirá algo bajo presión" y señaló que mientras se impongan ultimatums no será posible "tener una discusión sosegada y un debate democrático" sobre el acuerdo CETA.
"No estamos en contra de un tratado con Canadá, pero no queremos que se pongan en peligro las normas sociales, de medioambiente, la protección de servicios públicos y no queremos tribunales de arbitraje privados en los que las multinacionales puedan atacar a los Estados", añadió.
La Comisión Europea (CE) desmintió que haya dado un ultimátum a las autoridades valonas y belgas para que tomen una decisión este lunes.
"La CE no tiene costumbre de trabajar con ultimatums o plazos" dijo en rueda de prensa el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, quien también pidió "paciencia" y recordó la disposición del Ejecutivo comunitario a seguir ayudando para facilitar la firma del acuerdo.
La CE tiene previsto rubricar el Tratado en cumbre UE-Canadá que se celebraría el 27 de octubre en Bruselas, aunque este plazo no es vinculante.
Las negociaciones han proseguido durante este fin de semana para tratar de lograr un compromiso que satisfaga a Valonia, región con competencias en materia de política comercial internacional, que debe conceder los poderes al Gobierno federal belga para que respalde la firma del acuerdo.
La situación del CETA, que lleva preparándose siete años, es un duro revés para la política comercial de la Unión Europea en un momento en el que el bloque atraviesa una serie de crisis que han elevado la incertidumbre sobre el proyecto.
La oposición ciudadana a los tratados de libre comercio ha crecido en los últimos meses, hasta el punto de movilizar a miles de personas en diferentes ciudades europeas para manifestar su preocupación porque se conceda demasiado poder a multinacionales y se rebajen los estándares de protección comunitarios.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Bulgaria no firmará el CETA hasta que Canadá elimine la obligación de visados

SOFÍA.- El Gobierno búlgaro ha decidido hoy que no firmará el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA) hasta que el país norteamericano garantice que levantará el régimen de visados para todos los ciudadanos de Bulgaria.

"La decisión del Gobierno es no apoyar la firma del CETA sin la presencia de garantías irreversibles por parte del Gobierno canadiense para la eliminación de visados de todos los ciudadanos búlgaros", explicó en un comunicado el Ejecutivo tras una reunión.
Sofía argumenta que sólo la exención total de visados "permitiría a Bulgaria aprovecharse del acuerdo alcanzado de forma igual y equitativa, y a los sujetos económicos búlgaros ser competitivos con los demás países miembros de la UE".
El pasado 6 de octubre, el Gobierno ya había informado de que el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, y su homólogo canadiense, Justin Trudeau, mantuvieron una conversación telefónica a petición de Canadá.
En ella, según Borisov, Trudeau le habló de "la enorme cantidad de trabajo que el Gobierno canadiense está realizando para abolir los visados para los búlgaros".
El primer ministro de Canadá ha prometido que a partir de 1 de mayo de 2017 se eliminará la necesidad de visado para los búlgaros que ya hayan estado en Canadá, para los que tienen visado para Estados Unidos y para los empresarios.
Además, ha prometido que hará lo posible para que la exención de visados pueda aplicarse a todos los búlgaros el 1 de mayo de 2018 como muy tarde.
Rumanía también reiteró hoy que su aprobación del CETA está condicionada a que Canadá levante la obligatoriedad de visados para sus ciudadanos.

Alemania espera que los Veintiocho den luz verde al CETA para la próxima semana

BERLÍN.- El Gobierno alemán reiteró hoy su interés en que el resto de socios europeos den luz verde a la firma del tratado comercial entre la UE y Canadá antes de la visita a Bruselas la próxima semana del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

El portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, realizó estas declaraciones en un encuentro con medios de comunicación tras el consejo de ministros en el que dio cuenta de la decisión del gabinete alemán de aprobar la firma de este tratado comercial, conocido como CETA.
Alemania ha hecho ya su parte para que este acuerdo se pueda firmar, explicó Seibert, y subrayó que Berlín desea que el resto de los Veintiocho hayan hecho lo propio para la inminente cumbre UE-Canadá donde estaba previsto que se suscribiese oficialmente el tratado.
El portavoz reconoció que Bélgica -"especialmente Valonia"- mantiene ciertas reticencias ante el CETA, que a juicio de Berlín es un acuerdo positivo que "profundizaría las relaciones comerciales".
Asimismo, informó Seibert, el consejo de ministros aprobó también hoy la firma de un tratado de asociación estratégica de la UE con Canadá, la versión política del acercamiento del bloque a este país norteamericano.
El objetivo de este acuerdo es "intensificar las relaciones políticas y la cooperación en política exterior" de la UE y Canadá en cuestiones como la lucha contra el terrorismo internacional, la gestión de crisis, el transporte, las inversiones o el combate contra el cambio climático, apuntó el portavoz.

martes, 18 de octubre de 2016

El Gobierno austríaco da oficialmente su visto bueno al acuerdo UE-Canadá

VIENA.- El Gobierno austríaco dio hoy formalmente su visto bueno al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Canadá, el CETA, y, a pesar del persistente bloqueo belga, Viena no presentará más exigencias de cambios a ese tratado, informó la emisora pública ORF.

Todos los miembros del Ejecutivo firmaron hoy a favor del acuerdo y el asunto fue enviado a la presidencia del Parlamento para tramitar el poder para que el canciller federal, Christian Kern, pueda firmar el documento a finales de octubre.
Austria es uno de los países más escépticos hacia el CETA y amenazó durante semanas con el veto.
Sin embargo, tras añadirse una "declaración interpretativa" al acuerdo y con el dictamen favorable del Tribunal Constitucional de Alemania, los austríacos están ahora dispuestos a firmar.
Aparte del CETA, el consejo de ministros dio su visto bueno a esa declaración interpretativa y a una declaración separada de la República de Austria.
Estas eran las condiciones expuestas por el gobernante Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ) para unirse al acuerdo.
Así, el socialdemócrata Kern viajará el 27 de octubre a la cumbre UE-Canadá en Luxemburgo sin exigencias adicionales, aseguró hoy un portavoz del Gobierno en Viena.
Bélgica es el único país que sigue bloqueando el pacto, debido al voto en contra del CETA del parlamento regional de Valonia, lo que ha forzado a la UE esperar a la cumbre de líderes del jueves y el viernes en Bruselas para llegar a un acuerdo final.
Para poder firmar el texto a finales de octubre, Kern necesita todavía un poder de la presidencia austríaca, asumida en estos momentos por los tres presidentes del Parlamento.
Austria no tiene presidente federal desde que las elecciones de mayo pasado fueran invalidadas por irregularidades formales y anunciada su repetición para diciembre.
Los dos candidatos presidenciales, el ecologista Alexander Van der Bellen y el derechista Norbert Hofer, indicaron hoy que no hubieran dado al Gobierno el poder para firmar el CETA.
El propio Hofer es uno de los tres presidentes del Parlamento, aunque con su voto negativo no podrá bloquear el esperado visto bueno de los otros dos presidentes, una socialdemócrata y un democristiano.

Ultimátum de la UE a Bélgica para la firma del acuerdo comercial con Canadá

BERLÍN.- La Comisión Europea dio de plazo hasta el viernes a Bélgica, donde la región de Valonia veta el acuerdo comercial con Canadá (CETA), para que dé su visto bueno a este tratado, que crearía un espacio de libre comercio de 550 millones de personas.

"Tiene que haber un acuerdo el viernes, durante una cumbre europea. Nuestros amigos canadienses necesitan saber si deben reservar sus billetes o no", dijo en una rueda de prensa la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, al término de una reunión de ministros europeos del ramo.
El rechazo de esta región belga, la semana pasada, obligó a los europeos a posponer el visto bueno de los 28, previsto para este martes, para la cumbre de mandatarios europeos que tendrá lugar el jueves y el viernes en Bruselas.
Si no hay acuerdo a finales de la semana, la Unión Europea (UE) y Canadá no firmarán el acuerdo comercial en el acto oficial previsto el 27 de octubre en Bruselas, con la presencia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, añadió la comisaria.
Para Malmström, la "credibilidad de la Unión Europea está en juego" con estas negociaciones. "Si no lo conseguimos con Canadá, cómo lo vamos a conseguir con Reino Unido", agregó en referencia al Brexit.
Desde que Valonia, una región de unos 3,6 millones de habitantes, mostrara su rechazo la semana pasada al CETA, la Comisión Europea y el gobierno federal belga mantienen contactos con responsables valones para intentar hacerles cambiar de opinión.
El ministro de Relaciones Exteriores belga, Didier Reynders, partidario del acuerdo, señaló tras la reunión que "continuarán el trabajo hasta el Consejo Europeo del jueves y viernes", para contar con el necesario visto bueno de todos los países del bloque.
Valonia, por el momento, parece decidida a mantener su veto, pese a las "amenazas apenas veladas" apuntadas la víspera por el jefe del gobierno regional, Paul Magnette, quien pidió una "cláusula clara sobre los derechos humanos" o "verdaderas medidas" para proteger a los agricultores, entre otros puntos.
Otros de los países reticentes a firmar el actual texto son Bulgaria y Rumanía, que piden una exención de visados para sus ciudadanos que quieran viajar al país norteamericano.
Sofía "podría aprobar el CETA cuando Canadá formalice el acuerdo político sobre la reciprocidad de visados alcanzado entre los dos primeros ministros", señalaron fuentes diplomáticas búlgaras.
Negociado durante siete años, el controvertido acuerdo comercial con Canadá prevé un aumento del comercio total de bienes y servicios entre ambas regiones de un 20%, según sus defensores.
Casi todos los productos, excepto algunos agrícolas, como la carne de vacuno o de cerdo, no pagarán derechos de aduana y las empresas europeas podrán acceder a las licitaciones públicas canadienses.
Sin embargo, sus detractores denuncian la falta de transparencia de las negociaciones con Ottawa y temen que siente precedente para un acuerdo más ambicioso con Estados Unidos, conocido como TTIP y que Bruselas negocia actualmente con Washington.
Para expresar su rechazo, medio centenar de activistas de las ONG Greenpeace y Attac se manifestaron en Luxemburgo bajo el lema 'No vendan la democracia' y escalaron en esta fría mañana el edificio donde se lleva a cabo la reunión de ministros.
La Comisión Europea mantuvo "las negociaciones del tratado de libre comercio entre la UE y Canadá en secreto (...) impidiendo un verdadero debate público", criticó la organización de defensa de consumidores Foodwatch, que calificó el texto actual de "acuerdo antidemocrático".
Además del TTIP, la decisión de Valonia deja en el aire otros acuerdos comerciales, como el que la UE negocia con los países del Mercosur. Francia ya había expresado sus temores por el impacto de éste en su sector agrícola.

Académicos canadienses llaman a la región belga que se opone al CETA a resistir

BRUSELAS.- Hasta once académicos canadienses han instado a la región belga de Valonia, de algo más de tres millones y medio de habitantes, a "resistir las presiones" y mantenerse en su rechazo al acuerdo de libre comercio negociado por la Unión Europea y Canadá (CETA), que hoy intentan respaldar los ministros europeos.

Esta presión "intenta influir en los procesos democráticos y gubernamentales", subrayan los expertos en una carta abierta al Parlamento valón, que el pasado viernes impuso un veto al acuerdo, informó hoy la cadena pública francófona RTBF.
Los ministros de Comercio de la Unión Europea se reúnen hoy en un Consejo en Luxemburgo convocado especialmente para tratar de dar el respaldo de los Veintiocho a la firma del tratado, algo que la comisaria europea del ramo, Cecilia Malmström, reconoció que es improbable que ocurra dado que persiste el rechazo de Valonia.
Los académicos responsables de la misiva aseguran en ella contar con "amplia experiencia" en el ámbito de los acuerdos de libre comercio y en tribunales de arbitraje creados para resolver los conflictos entre estados e inversores.
En su opinión, el CETA "obstaculizará las políticas públicas en numerosas áreas" como los servicios públicos y los de salud en particular, el derecho laboral, la agricultura o incluso los precios de los medicamentos, destaca la RTBF.
En ese sentido, recordaron que vienen denunciando desde 1994 "abusos" supuestamente cometidos por Canadá en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés), en el que participa ese país junto a Estados Unidos y México.
En concreto, denunciaron que el acuerdo UE-Canadá incluirá un sistema de tribunales al margen de los órganos de justicia nacionales para abordar quejas de inversores extranjeros contra países concretos.
"Canadá ha tenido que pagar numerosas indemnizaciones a raíz de esas denuncias, ha modificado decisiones gubernamentales o su proceso de decisión para tener en cuenta los intereses de los inversores extranjeros o reducir riesgos de responsabilidad potencialmente enormes", subrayaron los académicos.
La misiva concluye con un mensaje a los parlamentarios y ciudadanos de Valonia: "Ustedes han dado prueba de gran valor al oponerse al CETA (...) Apoyamos sus elecciones democráticas", subrayan los expertos canadienses.
La comisaria de Comercio aseguró hoy que no podrá celebrarse como está previsto el día 27 de octubre una cumbre UE-Canadá para firmar formalmente el tratado sin la unanimidad de los 28 Estados miembros de la UE, para lo que es necesario que la región de Valonia -con competencia en el ámbito del comercio internacional en el Estado federal belga- dé su aprobación.
El ministro belga de Exteriores, Didier Reynders, confió hoy en que ese visto bueno llegue en la cumbre de líderes de la UE de este jueves y viernes en Bruselas.
Para convencer a Valonia y otros países que tenían dudas sobre el CETA, la Comisión Europea ha propuesto una "declaración interpretativa" con valor jurídico pero que no modifica el texto del acuerdo que recalca que no se rebajarán los estándares europeos ni se obligará a privatizar servicios públicos.

La CE cree que hoy no habrá acuerdo entre los países para la firma del tratado UE-Canadá

BRUSELAS.- La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, afirmó que no cree que se logre hoy el consenso necesario en el Consejo de Ministros de Comercio de la Unión Europea (UE) para apoyar la firma del acuerdo de libre comercio con Canadá, ante las reticencias que mantiene la región belga de Valonia.

"Haremos un balance, no estoy segura de que logremos tomar una decisión hoy, pero espero que avancemos y podamos tomar una decisión muy pronto, soy optimista", indicó Malmström a la prensa a su llegada a la reunión, que se celebra en Luxemburgo.
Los ministros habían convocado esta reunión para tratar de cerrar su respaldo a la firma del acuerdo, conocido como CETA, pero persiste el veto de Valonia, cuyo Parlamento regional rechazó el viernes pasado el tratado.
En opinión de la comisaria, si la UE no llega a ratificar este "muy buen acuerdo" se crearía "una situación muy difícil", teniendo en cuenta que Canadá es "uno de nuestros aliados más cercanos, uno de los países más democráticos del mundo con un Gobierno muy progresista proeuropeo".
"Si no podemos firmar con Canadá, el resto del mundo se preguntará si Europa es un socio fiable, así que tendrá consecuencias para nuestra política comercial", aventuró.
Malmström explicó que la CE ha trabajado con diferentes países (Bélgica, Alemania, Luxemburgo, Austria y Holanda) en la redacción de una "declaración interpretativa" que tendrá valor jurídico pero que no modificará el texto del CETA.
"Tenemos una declaración interpretativa que parece haber acomodado a los demás Estados miembros, pero todavía no estamos ahí y no creo que lleguemos hoy, pero aún tenemos tiempo", comentó, y señaló que ese texto deja claro que el acuerdo "no va a rebajar los estándares ni obligar a las autoridades a privatizar servicios".
La comisaria también afirmó que, de no haber consenso sobre el acuerdo entre los Veintiocho, "no habrá cumbre" UE-Canadá el día 27 de octubre, cita en la que se prevé firmar el tratado con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
El ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, confió en que en la cumbre de líderes comunitarios de este jueves y viernes en Bruselas "podamos avanzar".
El titular luxemburgués de Exteriores, Jean Asselborn, apuntó que "las regiones de Bélgica tienen competencias; tenemos que respetarlo" y "dar un poco más de tiempo".
Por su parte, el ministro eslovaco de Economía, Peter Ziga, cuyo país preside este semestre la UE, dijo en cambio no entender "las preocupaciones de los gobiernos regionales belgas", mientras que la ministra sueca de Comercio Exterior, Ann Linde, las calificó de "exageradas".
Greenpeace convocó protestas ante el lugar de la reunión que incluyeron el despliegue de una gran pancarta con el mensaje "No comercien con nuestra democracia. Alto al CETA" en la fachada del centro de conferencias, informó la ONG ecologista en un comunicado.
La asesora política de Greenpeace Shira Stanton consideró que el CETA "antepondrá los intereses de las multinacionales a los de la población".
Señaló que la mayor preocupación es la inclusión en el acuerdo de un sistema de tribunales al margen del Derecho de los países que intervendrá en caso de disputas entre estados e inversores.
"Cualquier multinacional con base en Canadá o filial suya podrá utilizar esos tribunales para desafiar las leyes de la UE y sus estándares", enfatizó Stanton, quien también mostró preocupación por que el CETA garantice acceso a licitaciones de servicios públicos básicos como la provisión de agua a empresas canadienses.

lunes, 17 de octubre de 2016

El CETA podría ser un precedente de futuro al acuerdo UE-Londres tras el Brexit

LUXEMBURGO.- El acuerdo comercial que Bruselas ultima con Canadá (CETA) podría ser el modelo de un futuro acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido, si Londres insiste en restringir la libre circulación de trabajadores, estimó este lunes el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo.

"Probablemente, el acuerdo con Canadá sea el precedente del acuerdo entre la UE y Reino Unido", aseguró García-Margallo a su llegada a una reunión con sus homólogos europeos en Luxemburgo.
Para el ministro español, "si los británicos insisten en seguir teniendo la posibilidad de restringir la libre circulación de trabajadores al Reino Unido, (...) la única solución que queda es la canadiense".
Desde que los británicos decidieran en junio abandonar la UE, Bruselas se opone a la voluntad de Londres de continuar en el mercado interior europeo tras su marcha, si no respeta el derecho de los europeos de instalarse y trabajar en otro país de este espacio comercial.
En este sentido, García-Margallo señaló como una posible solución el "modelo canadiense", ya que implica exenciones "en prácticamente todas las mercancías", pero sin exigir una libertad de circulación de trabajadores.
El ministro español realizó estas declaraciones en un momento en que la UE busca desactivar el veto de la región belga de Valonia al acuerdo de libre comercio con Canadá, cuya firma definitiva prevén el próximo 27 de octubre en Bruselas.
El ministro de Exteriores belga, Didier Reynders, señaló "progresos" en las discusiones de este fin de semana para intentar lograr un acuerdo de los 28 países con Canadá "mañana" o "a finales de semana durante un encuentro de jefes de Estado y de Gobierno".
Los ministros de Comercio Exterior abordarán el martes en Luxemburgo la situación de las negociaciones sobre el CETA, un acuerdo que crearía una zona de libre comercio de unos 550 millones de habitantes.

El Gobierno federal belga espera respaldo al acuerdo UE-Canadá esta semana

LUXEMBURGO.- El ministro belga de Exteriores, Didier Reynders, se dijo hoy "optimista" sobre que el pacto de libre comercio negociado entre la UE y Canadá (CETA) pueda recabar esta semana el respaldo necesario de su país para concluir su tramitación, tras el rechazo formulado por la región de Valonia.

"Soy siempre optimista, por naturaleza, sobre que pueda haber un acuerdo", aseveró Reynders a su llegada a un Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE), previo al que mañana celebrarán los titulares de Comercio para dar luz verde a la firma del tratado en una cumbre con Canadá que se celebraría el próximo 27 de octubre.
Reynders señaló que el pasado fin de semana continuaron las discusiones entre la Comisión Europea (CE), el Gobierno federal y las regiones en Bélgica.
"Vamos a seguir trabajando en ello para intentar lograr un acuerdo mañana o si no a finales de semana en la cumbre de líderes de la UE", comentó.
Para el ministro belga, "tenemos verdaderamente un acuerdo muy bueno, creo que sobre esa base podremos avanzar. Ésa es la posición del Gobierno federal de Bélgica".
"Hemos hecho todo con la Comisión Europea y el Gobierno canadiense para responder al conjunto de preocupaciones legítimas de los ciudadanos o los Parlamentos", recalcó el jefe de la diplomacia belga, al tiempo que indicó que el CETA es, "probablemente, el mejor acuerdo que jamás haya concluido la UE en el plano comercial".
El pasado fin de semana se celebraron reuniones técnicas entre representantes de la región belga de Valonia (mitad sur del país que representa a una población de unos 3.563.000 habitantes), el Gobierno federal y la CE, según la agencia Belga.
El Parlamento valón confirmó en una votación el viernes su oposición al proyecto de acuerdo comercial con Canadá y llamó a reabrir las negociaciones.
El ministro presidente de Valonia, Paul Magnette, criticó el "secretismo" con el que se llevaron a cabo las negociaciones del acuerdo, pero también los "débiles estándares en materia de respeto a los derechos socioeconómicos y medioambientales".
Desde un punto de vista "técnico", los ministros podrán adoptar las decisiones previstas para su Consejo de mañana sobre la conclusión, firma y aplicación provisional del tratado por mayoría cualificada, según fuentes comunitarias.
En cambio, precisaron que las decisiones de firma y conclusión "en la práctica requieren un acuerdo común, ya que todos los Estados miembros deberán firmar y ratificar el acuerdo".