Las tasas de inflación positivas parecen, por fin, haber vuelto a la
vida. Son numerosos los indicios estadísticos, aparecidos en las últimas
semanas, que apuntan unánimemente en la misma dirección. En España, el
crecimiento del IPC ha repuntado hasta un 0,2% interanual en septiembre,
una cifra que supera en tres décimas la registrada el mes anterior.
Aunque sea una tasa pequeña, se trata de la primera que tiene signo
positivo en 14 meses. Esto consolida la tendencia ascendente iniciada
hace meses, con tasas cada vez menos negativas desde abril. Restando la
variación de los componentes más volátiles (la energía y los alimentos
no elaborados) la inflación subyacente es aún más positiva y está en el
0,8%.
En la zona del euro, la inflación en septiembre (también positiva) ha
sido del 0,4%, su valor máximo en los últimos dos años. La inflación
subyacente se mantiene en el 0.8%. En Estados Unidos, el retorno de la
inflación está más avanzado, como corresponde a la fase del ciclo
postcrisis que allí se vive. Los precios subieron en agosto dos décimas,
elevando la tasa de inflación interanual hasta el 1,1%. La inflación
subyacente asciende al 2,3%. De hecho, este renacer de las tensiones
inflacionistas es uno de los principales argumentos que puede decidir a
la Reserva Federal a subir pronto el tipo de interés.
Parece, además, que estas tasas de inflación positivas han vuelto
para quedarse. Las diversas previsiones sitúan la inflación española
para 2017 entre el 1% y el 1,7%, niveles que no se veían desde finales
de 2013. Las expectativas implícitas de inflación en Alemania, que se
derivan de la rentabilidad de sus bonos a distintos plazos, han
aumentado fuertemente desde el verano. Entidades como Morgan Stanley
predicen un rebrote de la inflación en la zona del euro a finales de
año. La previsión actual para la eurozona en 2017 es del 1%.
El retorno de la inflación obedece a las mismas causas que el
declinar anterior: fundamentalmente, a la evolución del precio del
petróleo. En enero de este año, el petróleo (que venía de precios por
barril superiores a los 100 dólares) cotizó a unos valores mínimos
cercanos a los 27 dólares. Esto explicó, en gran medida, las tasas de
inflación negativas. Hoy, la cotización del petróleo supera
confortablemente los 50 dólares. Dicho de otra forma, en los últimos
diez meses el precio del petróleo se ha duplicado. Una subida que los
países productores intentan prolongar, mediante algún tipo de acuerdo
que limite la producción.
Lo anterior es coherente con los componentes del IPC que han empujado
el repunte de la inflación en España. Destacan entre ellos aspectos
relacionados con el coste de la energía, como el transporte, los
carburantes, la electricidad, el gasóleo para calefacción de la
vivienda…
Otro de los factores que se suele citar como causante de la caída de
los precios en Occidente ha sido la globalización, en particular la
mayor competencia de productos chinos importados baratos. Pues bien,
puede que ese gran exportador de inflaciones negativas que sido China
está dejando de serlo. Los precios de producción chinos crecieron
inesperadamente en septiembre, sólo un 0.1%, pero por primera vez en 55
meses. Los precios al consumo también repuntaron en China por encima de
lo esperado, hasta el 1,9%.
Si la inflación ha vuelto y va a quedarse, las consecuencias sociales
serán importantes. Por ceñirnos a las más obvias, dentro de un asunto
tan amplio: con precios al alza, las congelaciones salariales implicarán
pérdidas cada vez más claras de poder adquisitivo para los trabajadores
que las sufran. Lo mismo puede decirse de las pensiones que cobran
nueve millones de jubilados en nuestro país. Subidas nominales del 0.25%
generarán mayores resistencias en un contexto inflacionario. A menos
que se diseñen políticas que mitiguen estos efectos, la siguiente
variable inflacionaria puede ser la conflictividad social. Al fin y al
cabo, una de las formas de ver la inflación (la de Milton Friedman) es
como un impuesto que no requiere legislación.
(*) Catedrático de Economía Aplicada, Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
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