BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) ha dado luz verde al plan del Gobierno
portugués para otorgar un total de 60 millones de euros en ayudas a las
empresas de transporte para la compra de autobuses de bajas emisiones y
sus respectivas infraestructuras de repostaje.
De acuerdo con el
Ejecutivo comunitario, la contribución de la iniciativa al cumplimiento
de los objetivos medioambientales en la Unión Europea se impone "a
cualquier potencial distorsión de la competencia provocada por la
financiación estatal".
Además, la Comisión precisó hoy en un
comunicado que las subvenciones serán "limitadas y proporcionadas", ya
que la selección de los beneficiarios se realizará mediante un proceso
de licitación abierto.
Las aportaciones económicas irán destinadas
a los operadores de transporte y a las autoridades encargadas de
trasladar a los pasajeros urbanos en Portugal.
Bruselas analizó la
propuesta portuguesa bajo las directrices comunitarias de 2014 sobre
ayudas públicas para la protección del medio ambiente y la energía, y
concluyó que los autobuses de bajas emisiones en Portugal son todavía
escasos, dados sus elevados costes frente a los vehículos tradicionales.
Así,
los operadores privados son reticentes a invertir en las
infraestructuras de repostaje necesarias, de modo que las compañías de
transporte tampoco renuevan su flota.
Por tanto, la Comisión
Europea aseguró que las ayudas están justificadas, pues se necesita
incentivar la compra de autobuses bajos en emisiones que vayan "más allá
de los actuales estándares europeos".
En el caso de la ayuda para
las infraestructuras que proporcionarán combustible a los vehículos,
Bruselas tuvo en cuenta el Tratado de Funcionamiento de la UE, que
permite a los Estados miembros "apoyar el desarrollo de ciertas
actividades económicas", como la mejora de la eficiencia energética.
El
Ejecutivo comunitario consideró "adecuada" la financiación pública por
el "riesgo que supone gestionar semejantes infraestructuras", más aun si
se tiene en cuenta la escasa presencia de los autobuses de bajas
emisiones en el país.
El Gobierno de Portugal anunció en junio de
este año el plan, con el que se espera reducir, como mínimo, un 15 % las
emisiones de gases con efecto invernadero por cada autobús, frente a
los actuales estándares europeos.
La iniciativa abarcará todas las
tecnología verdes disponibles, incluidos los autobuses de gas natural
comprimido o licuado, los eléctricos o híbridos y los autobuses de
hidrógeno.
El Ejecutivo portugués cubrirá el 85 % de los costes a través del Fondo Europeo de Cohesión.
"Esta
medida ayudará a mejorar la calidad del aire en Portugal y está en
línea con los objetivos europeos de reducción de emisiones. Apoya la
transición a energías más verdes en el transporte público de las áreas
urbanas sin distorsionar la competencia", afirmó en un comunicado la
comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
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