PARÍS.- Francia ha comenzado a desmantelar esta mañana la 'Jungla' de Calais, un
inmenso campamento donde se hacinan miles de inmigrantes, con lo que
espera cerrar la página de este símbolo de la crisis migratoria que afecta a Europa.
Cientos de sudaneses y eritreos, principalmente hombres, se
presentaron con valijas y bolsos delante del hangar utilizado como base
de las operaciones. Allí, comenzaron a abordar los autobuses que los
llevarán a los 451 centros de acogida
repartidos en todo el territorio francés. Un primer autobús, con 50
sudaneses a bordo, partió menos de una hora después del inicio oficial
del operativo hacia la región de Borgoña (centro).
En total, entre 6.000 y 8.000 inmigrantes serán evacuados en un operativo que durará toda la semana.
Unos 1.250 policías han sido movilizados para garantizar el buen
desarrollo de la operación.
Hombres, mujeres y niños conviven desde hace meses en este
campamento de chabolas, el más grande de Francia, habitado
mayoritariamente por inmigrantes llegados de Afganistán, Sudán o Eritrea
que sueñan con cruzar a Reino Unido. El Gobierno francés anunció a
fines de septiembre el desmantelamiento de este campamento que, con la
inseguridad y la exasperación que genera entre la población local, se ha
convertido en un absceso que envenena el debate en Francia en torno a la inmigración a seis meses de las elecciones presidenciales. Simboliza también la impotencia de Europa frente a la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.
Las autoridades comenzaron a repartir el domingo folletos
impresos en varias lenguas para explicar el operativo, presentado como
"humanitario", y tratar de convencer a los más reticentes. "Quedan personas por convencer",
admitió Didier Leschi, director general de la Oficina francesa de
Inmigración. Como Karhazi, un afgano que lamentaba que lo obligaran a
irse.
Las excavadoras comenzarán a derribar el martes las carpas y
chozas que daban cobijo a los inmigrantes. Algunos pueblos franceses
han expresaron su desacuerdo con el plan de repartición impuesto por el
Ejecutivo, y varios miembros de la oposición de derecha aludieron al riesgo de crear varios "mini-Calais" en todo el país.
"Acoger en estas localidades a 30, 40 personas (...) me parece lo
mínimo", respondió el domingo el ministro de la Ciudad, Patrick Kanner,
exigiendo "respeto" y "humanidad" para estos inmigrantes, de los cuales
muchos huyen de guerras y conflictos en sus países.
Además de su compleja logística, la operación se anuncia delicada desde el punto de vista de la seguridad.
La noche del domingo se produjeron algunos enfrentamientos cerca del
campamento. Para afrontarlos, la Policía lanzó gases lacrimógenos.
El desmantelamiento del campamento ha permitido desbloquear
la situación de una parte de los 1.300 menores no acompañados que viven
en la llamada 'Jungla' de Calais. El Gobierno británico aceleró
finalmente los procedimientos de acogida para estos niños o
adolescentes, de los cuales unos 500 tienen familiares en Reino Unido.
Reino Unido acogió la semana pasada a 194 menores, según Pierre Henry,
director general de la oenegé France Terre d'Asile (EDA).
Más de un millón de personas que huyen de la guerra y la
pobreza en África y Oriente Próximo llegaron a Europa en 2015, sembrando
divisiones entre los 28 países de la Unión Europea (EU) y alimentando
el ascenso de los partidos de extrema derecha.
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