MADRID.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha
alertado hoy en Madrid de que el "impulso" para realizar reformas
estructurales "parece que está debilitándose" en la eurozona, algo que
achaca a que en muchos casos estas medidas "son impopulares" a corto
plazo.
"Parece que los gobiernos son reacios a emprender" reformas por su
impacto a corto plazo entre la población, aunque ha advertido de que a
menudo "se olvida el impacto que tendría no actuar", ha señalado en una
conferencia con motivo del centenario de la escuela de negocios Deusto.
En ese sentido, el presidente del BCE ha animado a los países
miembros a aprovechar la "ventana de oportunidad" que constituye la
política monetaria del organismo para poner en marcha estas reformas.
"Las políticas monetarias dan margen, aunque son los gobiernos los
que deben actuar de forma individual y a nivel europeo", ha señalado
Draghi, quien, en contra de aquellos que dicen que sus medidas no
convencionales están ahogando a los estados, ha asegurado que bajar
tipos de interés "suele apoyar y no tanto obstaculizar la realización de
reformas".
Algo que ha quedado demostrado en algunos países de la Unión Europea
(UE) como España, cuya reforma laboral de 2012 constituye "un ejemplo"
porque "ha tenido éxito a la hora de desbloquear el mercado de trabajo" y
ha elogiado que la tasa de desempleo, aunque es todavía "muy elevada",
se ha reducido significativamente.
Además ha recordado que las reformas en España han tenido un impacto
acumulativo de medio punto porcentual en el PIB entre 2013 y 2015.
Draghi, que también ha destacado el gran esfuerzo que ha hecho la
banca española para superar la crisis, que ayudará a dar más crédito a
las empresas, ha insistido a los países a continuar con las reformas.
En este sentido, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha
comprometido ante Draghi a que España siga profundizando en su "ambición
reformista" y a mantener la estabilidad presupuestaria.
Rajoy ha reconocido que la principal responsabilidad para hacer
frente a la crisis recae sobre cada país porque es a nivel nacional
donde deben aplicarse políticas económicas, aunque ha admitido que los
esfuerzos tienen más éxito si existe un apoyo europeo como el del BCE.
Rajoy ha defendido que cada país mantenga la política de consolidación fiscal y control del déficit público.
Draghi ha argumentado que las reformas estructurales ayudan a mejorar
la cohesión de la UE y que una mayor convergencia "es especialmente
importante, ya que ayudaría a aumentar la confianza en los Estados
miembros", algo necesario para "dar más pasos en la integración".
Además, las reformas estructurales harían que la economía de la eurozona fuera "más resistente", ha añadido.
"Las altas tasas del desempleo estructural (...) tienen también una
cara humana y un coste", ha dicho Draghi, que aboga por mejorar la
productividad del trabajo para evitar que el envejecimiento de la
población afecte a la renta per capita del futuro.
"Reducir la tasa de desempleo estructural sería suficiente para
compensar el peso del cambio demográfico", ha añadido, al tiempo que ha
advertido de que las actuales tasas de desempleo juvenil podrían
comprometer la situación económica en los próximos años.
El crecimiento de la productividad de la eurozona "se ha mantenido
bajo" en comparación con otros países, una tendencia que de mantenerse
en el tiempo "va a influir en nuestra prosperidad futura", especialmente
debido al envejecimiento de la población.
Para mejorar esta productividad laboral, Draghi ha abogado por la
innovación -en especial por la difusión del progreso tecnológico, ya que
"las empresas más rezagadas no están asumiendo las nuevas tecnologías"-
y por una asignación más eficiente de los recursos.
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