MILÁN.- El banco
italiano BMPS, el más antiguo del mundo y en grandes dificultades
financieras, cayó este miércoles bajo mínimos en la Bolsa de Milán, a
pocas horas del cierre de una compleja operación de recapitalización
cuyo resultado es incierto.
En caso de fracaso, el Estado italiano está listo para
intervenir, y el parlamento ya empezó a debatir la demanda formulada por
el gobierno de un aumento de la deuda pública de 20.000 millones de
euros, destinados a ayudar a los bancos.
La acción del Monte dei Paschi di Siena (BMPS), fundado en
1.472, perdió hasta 18% en la bolsa de Milán, donde su cotización fue
varias veces suspendida, para acabar cerrando la jornada con un
retroceso de 12,08%.
BMPS, tercer banco italiano, es el eslabón débil del sistema
bancario italiano, cuya fragilidad y créditos dudosos -que sin duda
jamás serán devueltos- inquietan a toda Europa.
"El mercado contiene la respiración antes del resultado de
estas difíciles operaciones de recapitalización. Hay rumores según los
cuales el banco solamente tiene liquidez para cuatro meses", comentó el
miércoles Michael van Duliken, analista de Acdendo Markets.
BMPS registró los peores resultados de los tests de
resistencia publicados a fines de julio por la Autoridad bancaria
europea (EBA). Estas pruebas miden la capacidad de un banco para hacer
frente a choques coyunturales.
Las autoridades italianas se esfuerzan como pueden en
tranquilizar a los mercados, tanto en Italia como en Europa, donde
inquieta la fragilidad del sistema bancario de la tercera economía de la
zona euro.
El BMPS "no está al borde del abismo", afirmó el martes el ministro de Finanzas Pier Carlo Padoan.
Para enderezar su situación, el BMPS, cuyas acciones han
perdido 80% desde principios de 2016, puso en marcha un plan de rescate
integral con la venta de 27.600 millones de euros de préstamos dudosos y
una ampliación de capital.
La primera parte de ese plan, una operación de conversión voluntaria de bonos, ya ha recaudado más de mil millones de euros.
Los medios italianos y los analistas se muestran no obstante
escépticos sobre el éxito de la operación y creen cada vez más en una
inevitable intervención del Estado. Sobre todo porque es difícil que
consiga cerrar una ampliación de capital de 5.000 millones de euros que
el banco lanzó el lunes y que estará abierta hasta el jueves a las 13:00
GMT.
Si el Estado tuviera al fin que intervenir, lo haría según
un procedimiento llamado "recapitalización preventiva", que impone una
contribución de accionistas y poseedores de bonos, a través de una
conversión forzada de los títulos a un nivel mucho menos interesante que
el ofrecido actualmente.
Pero el gobierno prevé un mecanismo para compensar las
pérdidas de los pequeños ahorradores; muchos italianos han suscrito este
tipo de obligaciones sin conocer su riesgo verdadero.
Según la agencia italiana AGI, que cita fuentes financieras,
hasta ahora no se han presentado inversores dispuestos a participar,
mientras que el banco esperaba una inyección de fondos por parte de
Qatar Qia.
"La falta de apetito activa una señal de alarma", comentó
por su parte Ipek Ozkardeskaya, analista de LCG, quien considera que "el
fracaso de la operación para salvar el banco podría sacudir gravemente
todo el sector bancario europeo".
El BMPS está en dificultades desde hace años. Ha estado
fragilizado por la desastrosa compra en 2007 del banco Antonveneta, y
luego por un escándalo de malversaciones, con lo que ha acumulado las
pérdidas: 14.000 millones de euros entre entre 2011 y 2015.
Desde 2014 ha llevado a cabo dos ampliaciones de capital por
un importe total de 8.000 millones de euros, un dinero ya desvanecido.
El sistema bancario italiano en su conjunto genera gran
preocupación debido a su dispersión (unos 700 establecimientos) y a la
importancia de los créditos morosos en su cartera, estimados en 360.000
millones de euros, un tercio del total de la zona euro.
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