miércoles, 21 de diciembre de 2016

El banco italiano BMPS busca salvarse con una difícil operación de recapitalización

MILÁN.- El banco italiano BMPS, el más antiguo del mundo y en grandes dificultades financieras, cayó este miércoles bajo mínimos en la Bolsa de Milán, a pocas horas del cierre de una compleja operación de recapitalización cuyo resultado es incierto.

En caso de fracaso, el Estado italiano está listo para intervenir, y el parlamento ya empezó a debatir la demanda formulada por el gobierno de un aumento de la deuda pública de 20.000 millones de euros, destinados a ayudar a los bancos.
La acción del Monte dei Paschi di Siena (BMPS), fundado en 1.472, perdió hasta 18% en la bolsa de Milán, donde su cotización fue varias veces suspendida, para acabar cerrando la jornada con un retroceso de 12,08%.
BMPS, tercer banco italiano, es el eslabón débil del sistema bancario italiano, cuya fragilidad y créditos dudosos -que sin duda jamás serán devueltos- inquietan a toda Europa.
"El mercado contiene la respiración antes del resultado de estas difíciles operaciones de recapitalización. Hay rumores según los cuales el banco solamente tiene liquidez para cuatro meses", comentó el miércoles Michael van Duliken, analista de Acdendo Markets.
BMPS registró los peores resultados de los tests de resistencia publicados a fines de julio por la Autoridad bancaria europea (EBA). Estas pruebas miden la capacidad de un banco para hacer frente a choques coyunturales.
Las autoridades italianas se esfuerzan como pueden en tranquilizar a los mercados, tanto en Italia como en Europa, donde inquieta la fragilidad del sistema bancario de la tercera economía de la zona euro.
El BMPS "no está al borde del abismo", afirmó el martes el ministro de Finanzas Pier Carlo Padoan.
Para enderezar su situación, el BMPS, cuyas acciones han perdido 80% desde principios de 2016, puso en marcha un plan de rescate integral con la venta de 27.600 millones de euros de préstamos dudosos y una ampliación de capital.
La primera parte de ese plan, una operación de conversión voluntaria de bonos, ya ha recaudado más de mil millones de euros.
Los medios italianos y los analistas se muestran no obstante escépticos sobre el éxito de la operación y creen cada vez más en una inevitable intervención del Estado. Sobre todo porque es difícil que consiga cerrar una ampliación de capital de 5.000 millones de euros que el banco lanzó el lunes y que estará abierta hasta el jueves a las 13:00 GMT.
Si el Estado tuviera al fin que intervenir, lo haría según un procedimiento llamado "recapitalización preventiva", que impone una contribución de accionistas y poseedores de bonos, a través de una conversión forzada de los títulos a un nivel mucho menos interesante que el ofrecido actualmente.
Pero el gobierno prevé un mecanismo para compensar las pérdidas de los pequeños ahorradores; muchos italianos han suscrito este tipo de obligaciones sin conocer su riesgo verdadero.
Según la agencia italiana AGI, que cita fuentes financieras, hasta ahora no se han presentado inversores dispuestos a participar, mientras que el banco esperaba una inyección de fondos por parte de Qatar Qia.
"La falta de apetito activa una señal de alarma", comentó por su parte Ipek Ozkardeskaya, analista de LCG, quien considera que "el fracaso de la operación para salvar el banco podría sacudir gravemente todo el sector bancario europeo".
El BMPS está en dificultades desde hace años. Ha estado fragilizado por la desastrosa compra en 2007 del banco Antonveneta, y luego por un escándalo de malversaciones, con lo que ha acumulado las pérdidas: 14.000 millones de euros entre entre 2011 y 2015.
Desde 2014 ha llevado a cabo dos ampliaciones de capital por un importe total de 8.000 millones de euros, un dinero ya desvanecido.
El sistema bancario italiano en su conjunto genera gran preocupación debido a su dispersión (unos 700 establecimientos) y a la importancia de los créditos morosos en su cartera, estimados en 360.000 millones de euros, un tercio del total de la zona euro.

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