ROMA.- El primer ministro italiano, Matteo Renzi, no hará efectiva su dimisión hasta
que los presupuestos generales hayan sido aprobados en el Parlamento
por petición expresa del presidente de Italia, Sergio Mattarella, según
ha anunciado este lunes el Palacio de Quirinale.
Mattarella ha recibido a Renzi para que éste le comunicara su intención de renunciar al cargo, tal y como prometió en el caso de que el 'no' se impusiera en el referéndum celebrado el domingo sobre la reforma constitucional.
Renzi ha llegado en coche al Quirinale, sede de la jefatura del Estado de Italia, acompañado por su portavoz, Filippo Sensi. Han entrado por la zona principal y han salido por la puerta trasera evitando el contacto con las decenas de periodistas que desde primera hora de la tarde estaban apostados en la plaza.Según ha señalado la oficina de prensa de la Presidencia de la República, Renzi ha aceptado congelar su dimisión como primer ministro hasta el próximo viernes, cuando está previsto que el Parlamento apruebe los Presupuestos Generales para 2017, que en Italia se denominan Ley de Estabilidad.
"El presidente de la República,
considerada la necesidad de completar el proceso parlamentario de
aprobación de la ley de Presupuestos, para que no sea puesta en riesgo
por un Gobierno provisional, ha pedido al presidente del Consejo
retrasar su dimisión", ha señalado la nota de prensa.
Tras un Consejo de Ministros exprés, que tan sólo ha durado 20 minutos,
según refiere el diario 'La Repubblica', ahora le toca al jefe de
Estado Mattarella dibujar el escenario político en Italia para solventar
la crisis creada con la dimisión del primer ministro. Según una nota de
prensa del Palacio Chigi, Renzi ha agradecido a los miembros de su
Gobierno su "espíritu de equipo".
Ahora todas las miradas están puestas en
el Presidente de la República, quien tiene la llave de la
Gobernabilidad. Mattarella podría nombrar un Gobierno técnico, de
transición, que gobernaría hasta las elecciones parlamentarias,
previstas en principio para 2018. Algunos medios de comunicación
italianos han apuntado a la posibilidad de que el jefe de Estado confíe
el encargo del Gobierno transitorio hasta la convocatoria de elecciones
al ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, que ha cancelado su viaje a
Bruselas donde debía participar en la reunión del Eurogrupo.
Una segunda opción es que Mattarella convoque nuevas elecciones anticipadas como pide gran parte de la oposición.
Desde
Milán, el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, ha reclamado
nuevamente que Italia vaya a las urnas cuando antes. En este sentido, se
ha posicionado en contra de un Gobierno "impuesto desde lo alto" que
pongan sobre la mesa un ejecutivo técnico nombrado por la Unión Europea,
una solución política ya vista en Italia, o un Gobierno encabezado por
algún miembro relevante del Partido Democrático. "El año 2017 será el
año de los pueblos. Vayamos al voto, con cualquier ley electoral", ha
señalado.
Precisamente
una de las claves que deberán ser resueltas antes de convocar
elecciones en Italia es la ley electoral porque en estos momentos la
nueva (Italicum) se refiere sólo a la Cámara de Diputados, pero no al
Senado. Por lo tanto, la condición para que se geste un nuevo Gobierno
es que se valide una ley electoral aprobada ya por el Tribunal
Constitucional que pudiera regular la celebración de nuevas elecciones.
También
ha reclamado elecciones anticipadas el líder del Movimiento 5
Estrellas, el cómico Beppe Grillo, uno de los principales defensores del
'No' en el referéndum constitucional, que ha propuesto que se use la
ley electoral, al menos para la Cámara de Diputados, aprobada por Renzi,
que hasta ahora criticaba. "Los italianos tienes que ser llamados a las urnas lo más pronto posible.
La manera más rápida y concreta para ir a votar es ir con una ley que
ya existe: Italicum", ha escrito Grillo en su blog. "Hemos criticado
siempre esta ley --ha proseguido-- pero estos partidos harían cosas
peores y se pasarían los años legitimando la toma de poder de un
Gobierno técnico estilo (Mario) Monti".
Sin embargo, la oposición
está dividida. Forza Italia, el partido que engloba el centro derecha y
que lidera el ex primer ministro Silvio Berlusconi, estaría dispuesto a
prospectar un nuevo ejecutivo de transición sin Renzi. Así, ha se ha
puesto a disposición del resto de fuerzas de políticas para negociar una
nueva ley electoral sin pasar por elecciones anticipadas.
Mientras
tanto, la situación en el Partido Democrático es más bien complicada y
en torno a la figura de Renzi saltan varios interrogantes. No se sabe si
la dimisión de Renzi como primer ministro será extendida también a su
función como secretario del partido o si tendrá un papel relevante en la
designación del hombre que deberá tratar de formar Gobierno. De
momento, la dirección del Partido Democrático ha fijado la reunión en la
que se analizará la situación política italiana y el futuro de Renzi
como líder del partido socialdemócrata para el próximo miércoles 7 de
diciembre a las 15:00.
La fecha es importante de la hipotética
convocatoria de elecciones es también muy significativa. En verano ya
habrán pasado los dos grandes eventos de relevancia internacional que
tendrán lugar en Italia. Está previsto que se celebre la cumbre de los
jefes de Estado y de Gobierno del G-7 los días 26 y 27 de mayo en la
ciudad siciliana de Taormina. Además, en marzo de 2017 se conmemorarán
los Tratados de Roma, firmados el 25 de marzo de 1957, que son dos de
los tratados que dieron origen a la Unión Europea.
Mientras tanto, desde Europa se llama a
la calma. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici,
recalcó que Italia es la tercera economía de la zona euro y que se trata
de un país "muy comprometido en Europa". Ante la pregunta de si el
revés político de Renzi podría hacer descarrilar el frágil equilibrio de la eurozona,
la respuesta desde las instituciones europeas ha sido un no rotundo.
Moscovici se mostró confiado en que Italia sabrá afrontar "la
inestabilidad política" y afirmó que, en términos económicos, es un país
"extremadamente estable". "Es un país sólido, con autoridades sólidas y
tengo confianza en Italia para afrontar esta situación", afirmó.
En esta línea se expresó también el titular de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble,
quien advirtió que "no hay ninguna razón para hablar de una crisis del
euro". "Italia necesita urgentemente un gobierno capaz de actuar",
agregó.
La canciller alemana, Angela Merkel, una
de las principales aliadas de Renzi en Europa se mostró "triste" ante
la derrota del referéndum. "Estoy triste porque el referéndum en Italia
no salió como el primer ministro deseaba porque siempre he apoyado sus
políticas de reforma pero por supuesto se trata de una decisión interna
italiana que debemos respetar", declaró desde la ciudad de Essen, donde
se está celebrando el congreso de su partido.
Sin embargo, a
nadie se le escapa la posibilidad de que tras la era Renzi aparezca un
Gobierno anti-europeista como se autodefine el Movimiento Cinco
Estrellas. En esa línea que convence a los electores más euroescépticos
está la extrema derecha de Geert Wilders en Países Bajos o de Marine Le Pen en Francia.
La
líder de la ultraderecha gala celebró públicamente la victoria del No.
"Los italianos rechazaron a la UE y a Renzi. ¡Esta sed de libertad para
las naciones y de protección debe ser escuchada!", manifestó en su
cuenta de Twitter. Por su parte, el presidente francés, François
Hollande, expresó su "respeto" por la decisión de Renzi y deseó que
Italia "encuentre en sí misma los recursos para superar esta situación".
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