ROMA.- Los colegios electorales han abierto a las 7.00 horas de
este domingo en Italia en un referéndum para validar o no el cambio de
44 de los 139 artículos de la Constitución y cuyo resultado condicionará
también la supervivencia del principal promotor de la reforma, el
primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien ha asegurado en varias
ocasiones que dimitirá si pierde.
Renzi comenzó hace dos años su campaña para hacer el cambio
más profundo en la Carta Magna desde que Italia es República (1946) que
después de obtener el 'sí' de las Cámaras deberá corroborar el pueblo
italiano en esta consulta.
Los sondeos han apuntado a una clara victoria del 'no',
aunque tras los recientes fracasos a la hora de augurar la victoria del
Brexit o de Donald Trump en Estados Unidos, en Italia nadie quiere dar
nada por seguro. La clave está en que el primer ministro convirtió la
consulta en un referendo sobre su persona y amenazó con dejar para
siempre la política.
Los colegios electorales cerrarán a las 23.00 horas y a
partir de ese momento se espera que los principales medios den a conocer
los sondeos a pie de urna, si bien el resultado oficial podría no
conocerse hasta el lunes.
Uno de los puntos más controvertidos de la reforma
constitucional --llamada "Renzi-Boschi" por el premier y su ministra
María Elena Boschi-- es la transformación del Senado en un órgano de
representación de los entes territoriales.
La propuesta pretende eliminar el bicameralismo perfecto
origen de largas negociaciones, numerosas enmiendas, y una legislación
excesivamente complicada. De ganar el 'sí', la Cámara Baja pasará a ser
el principal órgano legislativo, mientras que el Senado se convertirá en
una "cámara de regiones y municipios" sin capacidad de veto y con
poderes legislativos específicos y limitados.
Además, el número de senadores se reduciría de 315 a 100,
cinco de ellos vitalicios, y pasarían a ser elegidos por los consejeros
regionales. En concreto, los 95 senadores serán 74 consejeros regionales
y 21 alcaldes (uno por cada región, incluidas las dos provincias
autónomas de Trento y Bolzano). Los senadores italianos cobran
actualmente un salario, que desaparecerá si se aprueba la reforma.
El sistema parlamentario italiano es uno de los más costosos
de todo el mundo. Entre las dos cámaras, Italia cuenta con 952
parlamentarios, la tercera cifra más alta del mundo por detrás de China y
Reino Unido, y uno de los únicos cuatro países con más de 900
diputados.
Quienes se oponen a la reforma, contestan la falta de
capacidad electiva de los ciudadanos de los senadores y que estos sigan
gozando de inmunidad parlamentaria, ya que temen que pueda usarse el
cargo para esquivar a la justicia.
Otro elemento clave es la gestión de las competencias entre
regiones y Estado que de ganar el 'sí' conllevaría una recentralización
del poder. De hecho, si la reforma sale adelante, las regiones dejarían
de supervisar la energía, las infraestructuras estratégicas y la
protección civil. La responsabilidad pasaría al Gobierno central. Este
es otro de los argumentos que esgrime el bloque del 'no' al considerar
que esto supone mermar la democracia.
La idoneidad de algunos representantes regionales y cómo
puedan funcionar en su doble papel de funcionarios y senadores también
es motivo de preocupación.
Los italianos han ido polarizando sus opiniones entre los
más agresivos que ven en el voto una oportunidad para forzar la caída
del Gobierno de Renzi y los indecisos, entre un 15 y un 25 por ciento
del electorado, según los sondeos.
Por otra parte, según la encuesta de Ipsos publicada en
'Corriere della Sera', el 53 por ciento de los votantes conoce sólo a
grandes rasgos en qué consiste la reforma, el 38 por ciento admite que
sólo ha oído hablar del tema y el 8 por ciento desconoce incluso que
habrá un referéndum.
Esto implica que los votos de protesta contra Renzi juegan
un papel importante. En una de sus intervenciones públicas de esta
semana aseguró: "Yo soy mucho menos importante que la reforma
constitucional". Sin embargo, para muchos expertos la opinión pública
con el 'no' quiere indicar básicamente una falta de apoyo a Renzi, cuyo
nivel de popularidad se sitúa en el 32 por ciento.
Además, en Italia hay 4,6 millones de personas en
condiciones de pobreza absoluta, lo que equivale al 7,6 por ciento de la
población, y la tasa de desempleo de los jóvenes se sitúa en el 37 por
ciento, llegando al 50 por ciento en el sur del país. Esto crea una
situación de descontento general.
En el bando del "no" dominan tres fuerzas políticas que
mezclan al centroderecha que lidera Silvio Berlusconi, el partido
anti-europeísta Movimiento 5 Estrellas (M5S) que encabeza el cómico
Beppe Grillo, así como otros populistas, como el líder de la Liga Norte,
Matteo Salvini.
La más importante es el Movimiento 5 Estrellas y que según
las encuestas cuenta con el apoyo del 30 por ciento del electorado. De
hecho, tanto en Roma como en Turín, el M5S rompió años de dominio de lo
que ellos llaman la vieja política al ganar las municipales.
Si triunfa el 'no' el M5S reclamará de inmediato al
presidente de la República, Sergio Matarella, que convoque elecciones
anticipadas. También reclaman un referéndum sobre la permanencia de
Italia en el euro.
En esta misma línea está la Liga Norte de Matteo Salvini que
cuenta con un respaldo del 12 por ciento, según los sondeos, y está
conectado con la extrema derecha de la francesa Marine Le Pen. Por
último, el que fuera tres veces primer ministro de Italia, Silvio
Berlusconi, lidera el bloque del centroderecha, con un apoyo del 15 por
ciento.
El 5 de diciembre si el resultado del referéndum es
negativo, en Italia podría desencadenarse una crisis política que podría
llevar a la dimisión del primer ministro italiano. Si Renzi dimite, el
presidente de Italia, Sergio Mattarella, podría entonces nombrar un
Gobierno de transición que gobernaría hasta las elecciones
parlamentarias, previstas en principio para 2018.
Pero Mattarella también podría convocar elecciones
anticipadas para la primavera o verano de 2017. Este sería el deseo del
Partido Democrático de Renzi y permitiría al actual gobierno seguir en
funciones y ejercer de anfitrión para la celebración del aniversario del
Tratado de Roma en marzo y de la cumbre del G-7 en Sicilia en mayo.
Algunos expertos apuntan a que el margen con que gane el
'no' podría ser la clave. Si lo hace con una pequeña ventaja, es
probable que Renzi opte por seguir en el cargo, pese a haber estado
diciendo durante la campaña que dimitiría. También cabe la posibilidad
de una coalición con Forza Italia, el partido de Berlusconi, y que el
Partido Democrático sacrificara a su líder por otro.
En caso de que Renzi no dimita, dejaría tanto a su Gobierno
como a su partido en una situación complicada. Pero también cabe la
posibilidad, aunque la mayoría de los sondeos no lo apuntaran así, de
que termine imponiéndose el 'sí', lo que constituiría la mayor victoria
hasta la fecha del antiguo alcalde de Florencia.
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