ATENAS.- El Gobierno
griego, en línea con la postura del ministro de Finanzas alemán,
Wolfgang Schaüble, quiere que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no
participe en el tercer rescate o que lo haga como asesor, pero sin
aportar dinero, según aseguraron hoy fuentes del Ejecutivo.
Grecia ve con buenos ojos la instauración de un mecanismo de
control de este tercer memorándum impuesto por el Mecanismo Europeo de
Estabilidad (MEDE) y apoya, como Schaüble, una solución "dentro del
sistema monetario europeo".
Schäuble aseguró en una entrevista hoy en la prensa alemana
que, si el FMI decide no continuar, Europa podría encontrar su "propia
solución" dentro de la eurozona.
El papel del FMI, que todavía no ha decidido si se
incorporará al rescate, es muy controvertido, pues sus opiniones sobre
qué objetivos y medidas tiene que tomar Grecia son muy distintas a las
que propugnan Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el propio
MEDE.
Por ello, Atenas había pedido en diversas ocasiones que el FMI se retirara del tercer memorándum.
Mientras tanto, sigue la incertidumbre sobre cuándo el
Gobierno heleno y los acreedores retomarán las negociaciones para
completar la segunda evaluación del rescate financiero al país, tras la
que Grecia espera recibir 86.000 millones euros.
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre
Moscovici, y el ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos,
afirmaron ayer que ambas partes están "mas cerca" de cerrar esta
revisión.
Moscovici subrayó que de los cerca de 80 puntos a discutir
solo quedan sobre la mesa la reforma energética, la negociación
colectiva y la correcta evaluación de los desajustes fiscales.
Según un informe publicado por el banco heleno Eurobank, sin
ayuda financiera Atenas solo tiene liquidez para hacer frente a sus
pagos hasta finales de mayo.
Eurobank también afirma que si la deuda griega no recibe
medidas de alivio a medio plazo es posible que el país necesite mayores
préstamos para hacer frente a sus obligaciones más allá de 2023.
El programa de asistencia a Grecia, que fija como objetivo
que el país obtenga un superávit primario del 3,5 % del PIB a partir de
2018, prevé que se concedan medidas de alivio de la deuda a corto plazo
-ya acordadas por el Eurogrupo en diciembre-.
Las medidas a medio y largo plazo, que solo empezarán a
aplicarse al término del rescate, por el momento no han sido puestas
sobre la mesa por los acreedores.
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