ROMA.- El ministro del Interior italiano,
Matteo Salvini, afirmó que denunciará a los barcos que socorren a
inmigrantes en el Mediterráneo porque en su opinión "favorecen" a la
inmigración ilegal y potencian la labor de los traficantes de personas.
Mientras tanto, el buque Aquarius habría rescatado este domingo a 47
inmigrantes que estaban a punto de hundirse cuando viajaban a bordo de
un bote neumático en aguas internacionales. Esta embarcación ha pedido
un puerto seguro para poder desembarcar a Italia, Malta y Túnez, países
que por el momento les han denegado el permiso.
Salvini, que está siendo investigado en Italia por
"secuestro de personas" tras retener durante cinco días a más de 100
eritreos en un barco militar en Catania (Sicilia), sigue su cruzada
contra las ONG que patrullan el Mediterráneo en ayuda de quienes huyen
hacia Europa a través del mar.
"Denunciaré por
favorecimiento de la inmigración clandestina a quien ayuda a los
traficantes. En las últimas horas los traficantes han vuelvo a trabajar,
llenando barcazas y aprovechándose de la colaboración de algunas ONGs",
dijo Salvini.
El ministro de Interior y líder de la
ultraderechista Liga se refirió a las ONG SOS Méditerranée y Médicos sin
Fronteras (MSF) y a su barco "Aquarius 2", que rescató el jueves a 11
inmigrantes en el mar Mediterráneo y que espera desde entonces a que se
le autorice un puerto segundo para poder desembarcar a estas personas.
Salvini afirmó que esta embarcación ha socorrido a otras 50 personas en
las costas de la localidad de Zuara, en Libia, y que "otras dos lanchas
neumáticas, con 100 inmigrantes a bordo cada una, navegan en el mar".
El también vicepresidente de Italia lamentó que "habían cesado las
salidas desde Libia", tras la decisión de retener a un grupo de más de
100 eritreos durante cinco días en agosto en Catania, pero que ahora han
reanudado la actividad porque está este barco "Aquarius 2" patrullando.
"Para estos señores los puertos italianos seguirán cerrados", reiteró
una vez más, insistiendo en su política de puertos cerrados a las ONG
con inmigrantes a bordo.
El buque humanitario Aquarius habría rescatado ayer a 47 personas que
viajaban a la deriva en un bote neumático que comenzaba a hundirse en
aguas internacionales del Mediterráneo, ha informado SOS Mediterranée,
una de las dos ONG que gestionan esta antiguo patrullero alemán.
En un comunicado difundido por las redes sociales, la organización ha
explicado que el rescate se practicó en condiciones muy complicadas y
tras coordinarse con los servicios de guardacostas del Gobierno libio de
Acuerdo Nacional apoyado por la ONU desde 2016 en Trípoli.
"A bordo viajaban 47 personas, entre ellas 17 menores y una mujer
embarazada", ha agregado SOS Mediterranée, que ahora busca puerto para
desembarcar a estos migrantes y a los once que rescató días antes.
El buque lleva cinco días llamando a las puertas de los países de la
cuenca mediterránea -en particular a Italia, Malta y Túnez- para
desembarcar a estas personas, pero hasta la fecha solo ha recibido
negativas de esos gobiernos.
La fuente ha indicado
que el jefe de rescates contactó el pasado jueves con las autoridades de
esas tres naciones en busca de ayuda y con el centro de coordinación
marítimo de Roma, organismo que le pidió que depositara a las once
personas que entonces llevaba en Libia, algo a lo se niega al considerar
que ese país no ofrece seguridad.
Las costas que se
extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los
últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con
seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones
(OIM), vinculada a la ONU, más de 171.635 inmigrantes irregulares
lograron cruzar a Europa en 2017, mientras que 3.116 desaparecieron en
el mar.
Desde el inicio de 2018, cerca de 22.000 han
conseguido cruzar a través de la llamada "ruta central del
Mediterráneo", que parte de las costas de Libia y Túnez rumbo a Italia y
Malta, y más de 1.200 han muerto en el intento.
En
los últimos meses, los barcos independientes gestionados por ONGs
internacionales se han visto obligados a retirarse de la llamada "ruta
central del Mediterráneo", la más mortífera del mundo, acosados por los
servicios de guardacostas libios y la presión de la Unión Europea y el
Gobierno italiano.
El pasado lunes, servicios de
guardacostas libios admitieron que al menos veinte personas
desaparecieron en el Mediterráneo antes que sus patrulleras pudieran
auxiliar a tiempo a un bote neumático con unos 80 migrantes a bordo.
El portavoz de ese cuerpo, Ayub Qasem, señaló que cuando llegaron a la
zona, en aguas internacionales, se toparon con otra pequeña embarcación
con seis hombres armados que trataban de abordar el bote y que huyeron
ante los disparos. Ayub no aclaró si los desaparecidos cayeron al mar o
fueron atrapados por los hombres armados.
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