LISBOA.- Los taxistas portugueses cumplieron hoy su sexto día consecutivo de protestas contra la ley que regula las plataformas de vehículos de alquiler con conductor (VTC), marcado por una marcha hasta la Plaza del Comercio de Lisboa, donde se sitúa el despacho del primer ministro luso, António Costa.
Varias
centenas de taxistas marcharon a pie desde Restauradores, donde
permanecen concentrados desde el pasado miércoles, hasta la céntrica
Plaza del Comercio, ataviados con chalecos reflectantes y camisetas con
el lema #SomosTáxi.
Tras
la marcha, se concentraron a las puertas del edificio que acoge
temporalmente el despacho del primer ministro, debido a las obras que se
realizan en su residencia oficial.
El
presidente de la Federación Portuguesa del Taxi, Carlos Ramos, y el de
la Asociación Nacional de Transportistas Viarios en Automóviles Ligeros
(ANTRAL), Florêncio de Almeida, convocantes de las protestas, fueron
recibidos allí por un asesor económico de Costa, encuentro en el que no
se consiguieron avances.
"Fue
una reunión de cortesía", explicó De Almeida a la prensa a su salida
del encuentro, mientras que Ramos lo calificó como una "maniobra de
diversión".
Los
representantes de los taxistas recordaron que lo único que piden es que
la ley sobre VTC, que entrará en vigor el 1 de noviembre, otorgue
competencias a los Ayuntamientos para que establezcan límites al número
de vehículos de estas plataformas que pueden operar en cada ciudad.
"¿Por
qué el Gobierno no acepta esta pequeña alteración en la ley? Sólo
pedimos esto. Nunca hemos tenido miedo de la competencia. Nunca tuvimos
ni queremos el monopolio", aseguró el presidente de la Federación del
Taxi lusa, que añadió que tienen la "determinación" de mantener las
protestas.
Además
de en Lisboa, también hay concentraciones de taxistas desde el pasado
miércoles en las ciudades de Oporto (norte) y Faro (sur).
Las
organizaciones convocaron una nueva marcha para este miércoles hasta la
Asamblea de la República coincidiendo con la presencia en el pleno del
Parlamento del ministro de Ambiente, João Matos Fernandes, que tutela el
sector de los transportes.
La
ley sobre VTC fue aprobada el pasado 12 de julio por el gubernamental
Partido Socialista (PS), con el apoyo de la bancada conservadora del
Partido Social Demócrata (PSD) y de los ambientalistas del PAN
(Personas, Animales y Naturaleza).
Votaron
en contra el Bloque de Izquierda y el Partido Comunista Portugués,
socios del Gobierno socialista, mientras que se abstuvo el partido más a
la derecha del Parlamento luso, el CDS-PP.
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