ROMA.- Los precios pactados entre unas pocas empresas de 
fertilizantes influyeron en la última gran crisis alimentaria global 
registrada entre 2007 y 2008, dijo hoy en Roma el investigador polaco 
Piotr Spiewanowski.
El experto de la Universidad de 
Vistula (Polonia) presentó un estudio realizado junto con Hinnerk 
Gnutsmann, de la Universidad de Hannover (Alemania), en el que se 
muestran evidencias sobre la relación entre el mercado de fertilizantes y
 el de alimentos.
Según el informe, la subida repentina de los precios de 
los productos básicos entre 2007 y 2008 -que llevó a un aumento del 
hambre en países pobres- fue correlativa al crecimiento de los precios 
de la energía y de forma incluso más notable al encarecimiento de los 
fertilizantes en ese periodo.
Igual que los precios 
de esos químicos se elevaron por la mayor demanda, su consumo disminuyó 
de manera generalizada en 2008, tanto entre los compuestos de nitrógeno 
(obtenido a partir de gas natural) como entre los de fósforo y potasio 
(macronutrientes para las plantas que se encuentran en los minerales).
Spiewanowski explicó que tradicionalmente no se ha dado importancia a 
la posibilidad de que los fertilizantes intervinieran en las crisis 
alimentarias, si bien en aquel momento el mercado de minerales estaba 
muy concentrado y pudo imponer "sobrecostes significativos".
La investigación estima que los fertilizantes, usados a menudo en la 
agricultura para mejorar la producción, representan un 44 % del coste de
 los alimentos básicos.
En la crisis de 2008 el 
cártel que comercializaba los fertilizantes actuó para que su precio 
subiera más del triple, lo que a juicio de los autores del estudio 
repercutió directamente en la escalada de los precios de los alimentos.
Spiewanowski pidió investigar más sobre el funcionamiento del mercado 
de minerales que sirven de fertilizantes, que en 2013 se vio alterado 
con la disolución del grupo estadounidense para la exportación de 
fosfato PhosChem y el colapso de un influyente cártel de potasio del que
 salió la compañía rusa Uralkali.
Los analistas 
explicaron entonces esos movimientos en parte como consecuencia de las 
presiones que habían ejercido países como China y la India, dos de los 
mayores consumidores de fertilizantes en el mundo, para reducir los 
costes de dichos insumos y hacer más rentable la producción. 
 
 
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