LONDRES.- La salida del Reino Unido de la
Unión Europea (UE) provocará que 10.000 puestos de trabajo y 1,8
billones de activos del sector bancario británico se trasladen a los
otros veintisiete Estados miembros, según un análisis publicado hoy por
el centro de estudios europeo Bruegel.
El estudio
elaborado por este instituto, especializado en economía, indica que las
entidades con sede en el Reino Unido moverán 10.000 de sus puestos de
trabajo al continente una vez se materialice el "brexit", la salida
británica de la UE.
Los analistas calculan que los cinco principales bancos
de inversión estadounidenses en el Reino Unido trasladarán unos 3.300
puestos de trabajo a los Veintisiete y, dado que estas entidades suponen
un tercio del total, serían 10.000 los empleos totales en juego.
Los autores estiman, además, que entre 18.000 y 20.000 puestos
laborales en actividades relacionadas con el sector de las finanzas
también se moverán del Reino Unido a otros países, sin que
necesariamente tengan que ser ocupados por los mismos trabajadores.
En cuanto al volumen de activos afectados, serían 1,8 billones de euros
de la banca mayorista los que se irían al resto de la UE.
Aproximadamente la mitad de todo el negocio bancario en el Reino Unido
es banca mayorista (dedicada a la emisión de deuda y valores, así como
al comercio con divisas y derivados), una actividad que mueve 10,3
billones de euros, y de esta un 35 % está directamente ligado a alguno
de los veintisiete miembros que seguirán en la UE.
Sería esta parte, 1,8 billones en activos o un 17 % del total, la que tendría que trasladarse al continente.
Si al final de las negociaciones, previsto para mediados de 2019, el
Reino Unido sale del mercado único europeo, como ha prometido el
Gobierno británico, los bancos perderán el llamado "pasaporte
financiero" que les permite operar en la UE desde territorio británico.
Por tanto, tendrían que desplazar parte de su actividad a suelo comunitario para poder seguir operando en el mercado único.
Los analistas advierten, sin embargo, de que las entidades podrían
escoger como destino Nueva York, principal plaza financiera mundial, una
percepción que comparten diversas fuentes del sector bancario europeo.
La amplitud de estos traslados, especialmente en términos de personal,
dependerá en última instancia de las decisiones de negocio de cada
empresa y de los requisitos que fijen los supervisores de la UE,
señalan.
En cuanto al destino de la banca que
abandone Londres, Bruegel considera que las mejor posicionadas son
Fráncfort, sede del Banco Central Europeo (BCE), y París, donde está la
Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA), aunque Dublín y
Amsterdam también entran en las quinielas.
La
institución que, a priori, deberá mudarse sin dudas es la Autoridad
Bancaria Europea, encargada de preparar directrices para la banca
comunitaria en materia de regulación, que está radicada en Londres y
que, a juicio de los analistas, "debería trasladarse cuanto antes".
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