¿El Euro -e
implícitamente el Deutsche Mark- está severamente devaluado como afirma Peter Navarro, presidente del Consejo Nacional de Comercio de Donald
Trump? ¿Es, por otro lado, correcta la afirmación de Mario Draghi contra
esa explícita acusación o la velada del ministro alemán, Wolfgang
Schäuble, sobre su dilapidadora política monetaria: “nosotros no somos
manipuladores de divisas”?...
Empecemos
por la velada acusación de Schäuble. Acusación que denuncia la
política expansiva monetaria desarrollada por el BCE por sus
compras masivas de deuda pública que han generado una bajada de
los tipos de interés hasta situarlos en niveles negativos. Un
activo, el Euro, poco atractivo para el ahorrador alemán o para el
ahorrador internacional; una invitación a su depreciación.
Una
moneda, el Euro o más concretamente el Euro-Deutsche-Mark, menos
atractiva que el signo monetario de una economía, la alemana, con
un superávit estructural de su balanza de pagos, un superávit
que representa el 9% del PIB nacional y que en términos absolutos
es el mayor del mundo, superior incluso al de China.
Esa
política monetaria expansiva de la que se acusa al BCE ha sido el
protagonista fundamental de la recuperación de la economía de
los países de la eurozona; un área monetaria que ha carecido de
una política fiscal expansiva a diferencia de lo ocurrido en los
EEUU.
Precisamente el truco está en la austeridad fiscal
exigida por Alemania. En efecto y predicando con el ejemplo,
Alemania se ha auto impuesto un equilibrio o incluso un superávit
presupuestario que se ha sumado a una severa política salarial.
Dos componentes que han frenado la demanda interna y acentuado la
competitividad exterior.
W.Münchau plantea el debate sobre
el porqué de la acusación de Peter Navarro: “an implicit
Deutsche-Mark-Euro grossly undervalued”. Es cierto como dice Draghi
que ni el BCE ni Alemania han intervenido en los mercados de
divisas para manipular los tipos de cambios nominales.
Los
tipos de cambios nominales no han sufrido ninguna intervención
pero lo sucedido con el tipo de cambio real es cosa muy distinta. El
tipo de cambio real obedece a otras variables económicas.
Münchau
ilustra su argumentación con el ejemplo del Airbus 380 y el Boeing
747. Alemania ha eliminado el ajuste real de los salarios y ha
practicado una fuerte austeridad fiscal. No se han manipulado
los tipos de cambios en los mercados de divisas pero esas variables
económicas, salarios y fiscalidad, han hecho posible que el
coste de fabricación de Airbus 380 sea relativamente más bajo que
el del 747.
El FMI y en especial la Comisión Europea vienen
advirtiendo a Alemania sobre su excedente de su balanza de pagos no
sólo con el resto del mundo si no con la propia UE, cuyo tipo de cambio
nominal, el Euro, es invariable. Lo variable es el tipo de cambio
real. Alemania tiene que gastar más, más inversiones y subir sus
salarios. Alemania tiene que invertir más y modernizar unas
infraestructuras obsoletas.
Münchau concluye: “Exigir más
inversiones a Alemania sería ahora tan realístico, sobre todo en el
actual marco político de Europa, como pedir al Ratoncito Pérez que
tomase las monedas sobrantes de los alemanes y las distribuyese
entre quienes las necesita en la eurozona o en el ancho mundo”.
Atención
si la Comisión de Bruselas y sus recomendaciones pueden ser
desatendidas no va a ser lo mismo las que procedan del poder
político y económico de los EEUU. La Democracia Cristiana alemana
está sujeta a unas amenazas ciertas por parte de una nueva
Administración norteamericana. Una amenaza que afecta también a
los países de la eurozona sin haberlo comido ni bebido.
(*) Economista del Estado en España
https://www.capitalmadrid.com/2017/2/8/45140/esta-el-euro-sobrevalorado.html
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