LONDRES.- La incertidumbre política
en Francia e Italia acrecentó la distancia entre la rentabilidad de la
deuda pública a 10 años de Francia e Italia respecto a la alemana,
considerada refugio, hasta máximos de varios años.
Las próximas elecciones en Francia, Alemania y
Holanda, y posiblemente en Italia, más la crisis de deuda en Grecia,
han hecho que los inversores tengan poco apetito por el riesgo en las
últimas sesiones, en concreto dado que las compras de bonos por parte
del Banco Central Europeo están en trayectoria descendente.
"Esta vez el BCE está en una posición menos
fuerte para lidiar con los problemas", dijo el estratega de tipos de ING
Benjamin Schroeder. "Aunque compró a un mayor ritmo en enero, el
mercado sabe que decaerá".
El BCE se dispone a
reducir su compra de bonos a partir de abril desde la tasa actual de
80.000 millones de euros mensuales a 60.000 millones hasta finales de
2017.
La especulación del mercado es que el banco
central reducirá gradualmente las compras después de eso, sobre todo
dadas las señales de un mayor crecimiento e inflación en la zona euro y
la presión de Alemania.
El presidente del BCE, Mario Draghi, trató de
restar importancia a esas preocupaciones esta semana, diciendo que la
recuperación económica de la zona euro está recuperando fuerza pero
sigue necesitando estímulos.
La incertidumbre rodea al bloque de la moneda
única las últimas semanas. En el frente antieuro se sitúa la candidatura
de la líder de la extrema derecha Marine Le Pen a la presidencia de
Francia o una hipotética derrota de la canciller alemana Angela Merkel
cuando los alemanes vayan a las urnas en otoño.
Además, los inversores en Grecia parecen estar
perdiendo la fe en la promesa de los responsables europeos hace cinco
años de que el default del país sería un caso extraordinario.
La prima entre el rendimiento del bono francés
a 10 años y el alemán - el de referencia - subió a casi puntos básicos,
el punto más alto desde noviembre de 2012.
El nuevo máximo se produjo entre noticias de
que inversores japoneses - una de las bases de inversores clave de
Francia - habían vendido 232.000 millones de yenes (1.940 millones de
euros) en bonos franceses en diciembre, su mayor venta desde junio de
2015.
La prima entre la rentabilidad del bono
italiano a 10 años respecto al alemán, , tocó casi los 202 puntos
básicos, más que cualquier precio de cierre desde febrero de 2014.
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