ROMA.- Italia insistió el martes en mantener su objetivo de déficit
presupuestario a pesar de la presión de las autoridades en Bruselas y
sus socios de la UE, en unos comentarios de su vice primer ministro
Luigi Di Maio que respaldaban la línea dura de sus aliados de coalición.
El Gobierno estableció la semana pasada un objetivo de déficit
público del 2,4 por ciento del producto interior bruto para los próximos
tres años, triplicando el objetivo de su predecesor, lo que desconcertó
a los mercados y provocó críticas y llamadas a la prudencia por parte
de responsables de la Comisión Europea.
“No vamos a cambiar ese
2,4 por ciento (de porcentaje del producto interior bruto), eso tiene
que quedar claro. No retrocederemos ni un milímetro”, dijo Di Maio en
una entrevista de radio.
Aunque un déficit presupuestario del 2,4
por ciento no incumpliría el límite del 3 por ciento de la Unión
Europea, en los presupuestos se contempla que el déficit estructural o
subyacente de Italia aumentaría junto con la cifra principal, algo que
va en contra de las reglas de la UE.
A la Comisión también le
preocupa que el presupuesto aumente la enorme deuda pública de Italia,
proporcionalmente la segunda más alta de la UE después de la de Grecia.
El Gobierno dice que la ratio deuda/PIB caerá gracias a un mayor
crecimiento económico impulsado por un presupuesto expansivo.
En
Luxemburgo, el vicepresidente de la Comisión para el euro, Valdis
Dombrovskis, dijo que espera que Italia ajuste el borrador del
presupuesto a las normas de la UE y esté abierto al diálogo.
Di
Maio, que dirige el antisistema Movimiento 5 Estrellas, también señaló
que “no había dudas” de que los líderes de Francia y Alemania querían
que el Gobierno italiano cayera.
¿MÁS FÁCIL FUERA DE LA ZONA EURO?
A
última hora del lunes, el otro vice primer ministro de Italia, Matteo
Salvini, líder de la ultraderechista Liga, respondió al presidente de la
Comisión, Jean-Claude Juncker, quien había dicho que la UE debe ser
“estricta” con Italia para evitar poner en riesgo el proyecto del euro.
“Nadie
en Italia se deja llevar por las amenazas de Juncker”, dijo Salvini en
un comunicado. Dijo que la prioridad del Gobierno era responder a las
necesidades básicas de sus ciudadanos y que las críticas a su
presupuesto “no nos detendrán”.
La tarea del Gobierno se está
complicando debido a la venta masiva de bonos italianos, que se aceleró
el martes cuando el parlamentario de la euroescéptica Liga Claudio
Borghi dijo que la situación económica del país sería más fácil si
estuviera fuera de la zona euro.
Borghi no es ministro y no
sugirió que el Gobierno planeara abandonar el euro, pero sus comentarios
enviaron el rendimiento de los bonos de referencia italianos a un
máximo de cuatro años y medio del 3,4 por ciento, mientras las acciones
de los bancos italianos se desplomaban.
Di Maio reiteró después la línea oficial del Gobierno de que no tiene intención de abandonar ni la zona euro ni la UE.
El
mandatario culpó a los responsables de la UE por avivar las tensiones
del mercado sobre el presupuesto de Italia y dijo que los adversarios
del Gobierno esperaban usar los mercados financieros para debilitar a la
coalición gobernante.
Esos intentos fracasarían, dijo Di Maio,
porque la coalición de 5 Estrellas y la derechistas Liga, que asumió el
Gobierno en junio, estaba totalmente unida.
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