GAZA.- Agricultores palestinos trabajan sin descanso estos días para preparar los envíos de su cosecha
de fresas, tras la decisión israelí de permitir su exportación desde la
bloqueada Franja de Gaza a países europeos, entre ellos España.
Israel abrirá las puertas al mercado internacional de la fresa de Gaza,
después de años limitado a un mercado local estrangulado por la falta de
demanda y de poder adquisitivo de los clientes.
Desde la toma del poder en Gaza por parte del movimiento islamista Hamás
en 2007, Israel somete al enclave a un férreo bloqueo por el que
controla la entrada y salida de bienes y personas e impide el desarrollo
de una economía autónoma.
En 2016 el cultivo de fresas de toda la Franja abarcó 400 dunums, cuando
hace dos años, antes de la última ofensiva militar israelí de
envergadura lanzada contra las milicias palestinas en Gaza, cubría una
superficie de 1000 dunums.
n kilo de fresas se paga en Gaza a 8 shekels (casi 2
euros), pero ahora el Ministerio de Agricultura de la Franja costera ha
informado a los productores de que el precio de exportación será de 12
shekels, aunque la fruta debe superar un examen de calidad israelí que
garantice que no lleva químicos dañinos.
El
presidente del departamento de mercadotecnia del ministerio, Tahsin Al
Saqa, comunicó a Efe que los dos primeros camiones cargados de fresas
han salido ya rumbo a España y otros puntos de venta europeos.
"El jueves salió el primer envío de dos toneladas de fresas a Europa a
través del cruce comercial (con Israel) de Kerem Shalom. Luego el
cargamento será movilizado a un puerto israelí antes de ser enviado a su
destino", explicó.
El año pasado, Gaza produjo 160 toneladas de fresas, de las que la gran mayoría fueron vendidas entre la Franja y Cisjordania.
Ahora, las autoridades "esperan que la venta al exterior pueda estimular la deteriorada economía", dijo Al Saqa.
Cada dunum cultivado supone al agricultor un coste de 3000 dólares
anuales, estimó a Efe el director de la cooperativa de cultivadores de
fresas de Gaza que coordina los envíos a los laboratorios israelíes,
Mohamed Ghaben.
Los agricultores ya saben que el
proceso de exportación requerirá tiempo, porque deberán hacer frente a
las pruebas de calidad israelíes y también cumplir los requisitos
europeos de siembra y empaquetado.
Ghaben y otros
exportadores de fresas (así como los de flores, cuya salida también
suele permitir Israel) se lamentan de que sus productos son vendidos a
través de compañías israelíes en paquetes escritos en inglés, árabe y
hebreo.
"Esperamos que algún día podamos tener
nuestro puerto y aeropuerto para ser capaces de importar y exportar de
manera directa, sin tener un mediador israelí", deseó Sami Al Shafei, el
presidente de una asociación de frutas y verduras.
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