FRÁNCFORT.- El Banco Central Europeo (BCE ) debería anunciar nuevas medidas de apoyo a la economía europea en su
reunión del jueves, en un contexto de incertidumbre política marcada por
el Brexit, la llegada de Donald Trump y la dimisión del primer ministro
italiano, según los analistas.
El no del domingo a la
reforma constitucional propuesta por Matteo Renzi tuvo menor impacto de
lo esperado en los mercados pero prolonga la incertidumbre en Europa y
podría llevar al BCE a mantener su programa de compra masiva de deuda.
"No
hay más incertidumbre en los mercados pero sí incertidumbre política",
asegura el economista del banco ING Diba, que recuerda que el
crecimiento y la inflación siguen siendo lentos en los 19 países de la
zona euro.
Las
dudas sobre la capacidad de Italia de estimular su economía o el avance
de partidos extremistas en varios países europeos estarán sobre la mesa
en la reunión en Fráncfort de los gobernadores del BCE, la última del
año.
"La incertidumbre geopolítica se ha convertido en la
principal fuente de incertidumbre para los próximos meses", reconoció
la semana pasada a los diputados europeos el presidente del BCE, Mario
Draghi.
En las últimas semanas, las declaraciones de
Trump sobre el comercio con China o las dudas sobre el proceso del
Brexit han agitado los mercados y en 2017 habrá elecciones en Francia y
Alemania, dos pesos pesados económicos y políticos en Europa.
"Todas
estas incertidumbres servirán al BCE para extender su expansión
cuantitativa", el programa para aumentar la oferta de dinero y comprar
activos, en especial deuda pública, dijo Brzeski. "El referéndum en
Italia es sólo una pequeña parte".
El programa masivo de
medidas monetarias lanzado en marzo por el BCE ha llevado a la inflación
en la zona euro a 0,6% en noviembre, su nivel más alto desde abril de
2014, pero todavía lejos de su objetivo de una inflación cercana al 2%.
Los
responsables de los bancos centrales aseguran que los créditos baratos a
los bancos, los tipos de interés en niveles históricamente bajos y las
compras mensuales de 80.000 millones de euros de deuda soberana han
estimulado el crecimiento y la inflación.
Pero el propio Draghi reconoció el mes pasado que este crecimiento tiene sus límites y es "sumamente dependiente" del BCE.
Los
analistas creen poco probable que la institución de Fráncfort reduzca
su programa de compra masiva porque "los mercados de deuda están
nerviosos", asegura Brzeski.
Por ello, además de extender
su programa de compra, el BCE podría flexibilizar las normas que él
mismo se impone sobre la deuda que puede comprar.
Por el
momento el BCE no puede comprar más del 33% de la deuda de un mismo
emisor, no puede comprar deuda con intereses inferiores al que los
bancos pagan en sus depósitos (-0,4%) y está obligado a comprar deuda de
un país proporcionalmente a su PIB dentro de la zona euro.
Cambiar
alguna de estas restricciones permitiría a la institución comprar más
deuda de países periféricos, algo que no gusta en Alemania, que
considera que la medida retrasa reformas económicas clave en algunos
países de la zona euro.
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