BRUSELAS.- Los ministros de Economía y Finanzas
de la Unión Europea (UE) dieron hoy luz verde a un plan de acción para
abordar de forma conjunta la carga de préstamos fallidos que acumula la
banca europea, casi un billón de euros legado de la crisis que lastran
la viabilidad y rentabilidad del sector.
El plan
definido por los ministros prevé 14 acciones en cuatro áreas: la mejora
de la supervisión de estos activos, la promoción de marcos de
insolvencia que faciliten la recuperación de las deudas, el impulso a la
reestructuración de la banca y la creación de un mercado secundario en
el que dar salida a estos créditos.
Los ministros, sin embargo, excluyeron de la propuesta
la creación de un banco malo europeo al que las entidades puedan
trasladar estos activos para darles salida en el mercado, una estructura
que podría haber gestionado hasta 250.000 millones de euros, según los
cálculos del Mecanismo Europeo de Estabilidad -el fondo de rescate de la
eurozona- que era favorable a la idea.
Los países se
contentarán con la hoja de ruta que la Comisión Europea elaborará antes
de final de año para guiar a los países que quieran establecer un banco
malo para estos créditos en su territorio, de forma que tengan
principios comunes en términos de participación, volumen de los activos o
reglas de valoración y gobernanza.
El Consejo
reconoce que los principales responsables de acabar con los préstamos
fallidos son los propios bancos y las autoridades nacionales, pero creen
que dada la magnitud que ha alcanzado el problema y las dificultades de
los países, se necesita una solución de carácter europeo.
"El principal problema es que hasta ahora se han encontrado soluciones a
nivel nacional, pero en este tema se necesita un enfoque colectivo. El
plan ayudará a reforzar el sistema financiero y a evitar problemas con
los préstamos fallidos en el futuro", dijo el ministro de Finanzas
estonio, Toomas Toniste, cuyo país ostenta la presidencia de la UE este
semestre.
La banca europea acumulaba en diciembre
990.400 millones de euros en estos préstamos fallidos, el equivalente al
6,7 % del PIB comunitario, que representan de media el 5,1 % de la
cartera crediticia de las entidades.
Sin embargo, las
disparidades entre países son enormes -desde el 1 % en Suecia hasta el
45,8 % en Grecia, pasando por el 15,3 % en Italia- y, aunque los ratios
han bajado en los últimos años, la reducción sigue siendo demasiado
lenta y desigual.
"Europa está en el camino correcto,
pero tenemos que acelerar nuestra acción", dijo el comisario europeo
para el Euro, Valdis Dombrovskis, quien subrayó que países como Irlanda o
España han logrado reducir sus ratios.
España, "que
ha hecho reformas importantes en el sector bancario", ha conseguido
reducirlo desde el 8,8 % en septiembre de 2014 hasta una cota inferior
al 6 % a finales de 2016 (en concreto al 5,71 %), recordó Dombrovskis.
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