BUCAREST.- Florin Buhuceanu está
acostumbrado a las pintadas homófobas y a los vecinos que le niegan el
saludo, pero nunca había sentido tanta hostilidad como ahora, a unos
días de un referéndum sobre la prohibición del matrimonio gay en la
Constitución de Rumania.
Los alrededor de 19 millones de electores
de este país de la Unión Europea están llamados a pronunciarse, entre
sábado y domingo, sobre esta iniciativa respaldada por la Iglesia
ortodoxa, una rica e influyente institución cuyo patriarca calificó
recientemente la consulta de "acto patriótico".
El sí en el referéndum, cuya amplia victoria se da por
hecho, permitirá redefinir el matrimonio en la Carta Magna como "la
unión entre un hombre y una mujer" y no como "entre esposos".
Desde
un punto de vista legal no cambiará nada, pues la legislación rumana no
autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero una
prohibición explícita hará más difícil, por no decir imposible,
cualquier cambio futuro a favor de las parejas homosexuales, según
denuncian los opositores a la consulta.
Los militantes gais también temen una intensificación de las tendencias reaccionarias en el país
Desde
el anuncio del referéndum, "la sociedad se dividió de forma brusca",
constata Florin Buhuceanu, activista de la comunidad LGTB de Rumania, un
país que no despenalizó la homosexualidad hasta el inicio de los años
2000.
"Por una parte está la gente 'respetable', que defiende los
valores de la familia y, por otra, quienes 'amenazan' estos valores y
deben ser castigados", lamenta este hombre de 47 años.
Su compañero, Victor
Ciobotaru, constata un recrudecimiento "de los ataques en redes
sociales", incluso entre sus conocidos. "Estoy seguro de que si nos
encontráramos no dudarían en pasar a la acción".
La única
esperanza que tienen los opositores a este cambio es que la consulta
fracase por falta de participación, pues se requiere el voto de 30% de
los electores para que la votación sea válida.
El Partido Social Demócrata, en el poder, y sus aliados
liberales aseguraron que mantendrán su neutralidad respecto al
referéndum, y la primera ministra, Viorica Dancila, insiste en que "este
referéndum no va contra las minorías sexuales".
Pero sobre el terreno, sus representantes participan en misas y reuniones en las que prelados ortodoxos hacen campaña por el sí.
"Si no votas, dos hombres podrán adoptar a tu hijo", amenaza un enorme cartel en Timisoara (oeste).
A algunos críticos les preocupa que este tipo de propaganda conduzca a un camino peligroso.
"Asistimos
a una alianza cada vez más estrecha de los partidos políticos y la
Iglesia, que promueven valores antiliberales y antieuropeos", afirma Liliana Popescu, profesora de relaciones internacionales en la
Universidad de Bucarest.
"¿En que se diferencian los legisladores
rumanos de los nazis que alimentaron el temor hacia los judíos, los
gitanos y los homosexuales?", se pregunta.
Los
opositores al referéndum temen que la presión no acabe ahí. "Si hoy el
objetivo son los homosexuales, mañana lo serán las mujeres y los
jóvenes", recela Florin Buhuceanu.
El origen de la consulta es una
"Coalición de la familia" que afirma que recopiló tres millones de
firmas apoyando la celebración de la consulta. Los defensores de los
derechos sospechan que preparan otras iniciativas con apoyo de la
Iglesia, como una restricción en el acceso a la educación sexual o al
aborto.
En estas circunstancias,
los ginecólogos de una decena de hospitales se niegan en la actualidad a
practicar abortos, invocando motivos religiosos.
Varios
eurodiputados criticaron el referéndum, que consideraron contrario a los
compromisos asumidos por Rumania en materia de derechos humanos.
Bucarest también recibe críticas europeas por una serie de reformas que
se considera que atentan contra la independencia de la justicia.
"No sigan el mal ejemplo de Hungría y Polonia", cuyos
gobiernos están acusados de no respetar el Estado de derecho, dijo el
miércoles a la primera ministra rumana, Viorica Dancila, el eurodiputado
belga Guy Verhofstadt.
"Rumania ya se embarcó en el camino del
iliberalismo", dice la profesora Popescu. "Este referéndum solo
confirmará tal dirección".
No hay comentarios:
Publicar un comentario