ROMA.- El Gobierno italiano, formado por el antisistema Movimiento Cinco
Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, intenta cuadrar los
Presupuestos para 2019 después de corregir a la baja sus estimaciones de
déficit para 2020 y 2021 como consecuencia de las críticas recibidas de
la Unión Europea (UE).
Los inversores acogieron con cautela esta rectificación
del Gobierno italiano y la Bolsa de Milán mantuvo durante toda la
sesión un rumbo negativo, hasta cerrar con una pérdida del 0,59 % en su
selectivo, situado en los 20.612,93 puntos.
En el mercado secundario de deuda, la prima de riesgo
italiana que mide el diferencial entre el bono italiano a diez años y el
alemán para el mismo período, acabó en los 280 puntos básicos y la
rentabilidad del bono a diez años se situó en el 3,329 %.
La elaboración de los Presupuestos se antoja difícil, dado que las dos
fuerzas que lideran el país no están dispuestas a renunciar a las
promesas por las que fueron votadas en las elecciones generales del
pasado marzo.
El M5S obtuvo un 32,6 % con el
argumento de la necesidad de aprobar un subsidio para parados, que
llaman "renta de ciudadanía", que consistiría en una ayuda de 780 euros
para una persona sola en búsqueda activa de empleo.
Según el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, esta medida
contribuiría a sacar del umbral de la pobreza (o a paliar notablemente
tal situación) a más de cinco millones de personas.
Por otra parte, la Liga, que obtuvo un 17 % de los sufragios, quiere
reformar el sistema de pensiones para bajar la edad de jubilación.
El ministro de Economía, el tecnócrata independiente Giovanni Tria,
busca los recursos para financiar estos compromisos, mientras que los
dos partidos socios se han enzarzado en una guerra de cifras por la
financiación de las partidas.
El líder de la Liga y
viceprimer ministro y titular de Interior, Matteo Salvini, ha avanzado
en una entrevista a una emisora de radio italiana que los Presupuestos
prevén un gasto de 8.000 millones de euros para hacer frente a la ayuda a
desempleados y otros 8.000 millones para la modificación del actual
sistema de pensiones.
De esta manera, quiso dejar
clara la posición de fuerza de su partido en el Ejecutivo y la necesidad
de que ambas apuestas, la del M5S y la de la Liga, sean financiadas por
igual.
Pero el M5S, que fue el partido más votado
en las elecciones de marzo, reclama más dinero para el subsidio a
desocupados y su líder (y también viceprimer ministro y titular de
Trabajo y Desarrollo Económico), Luigi Di Maio, corrigió a Salvini e
indicó que esta ayuda se financiará con 10.000 millones de euros,
mientras que habrá 7.000 millones para reformar la ley de pensiones.
También el vicesecretario del Gobierno Stefano Buffagni (M5S)
desmintió a Salvini y dijo que "quizá estaba algo confundido" con los
datos cuando hizo esas declaraciones.
La tercera de
las medidas estrella que la Liga intenta introducir en los Presupuestos
es una tasa impositiva única del 15 % que, si bien Salvini en campaña
electoral prometió que se aplicaría a todas las rentas, ahora ha tenido
que renunciar parcialmente a ella y estudia ejecutarla inicialmente para
autónomos.
El titular de Economía, Tria, se
esfuerza por hacer números en un país que tiene una deuda pública por
encima del 130 % del PIB, muy superior al 60 % que fija como límite el
Pacto de Estabilidad, mientras Di Maio y Salvini reclaman su derecho a
tomar decisiones políticas que fomenten el crecimiento.
Salvini, lejos de intentar calmar los ánimos, afirmó que Italia "no
dará un paso atrás" para cambiar sus Presupuestos, aunque la prima de
riesgo -que mide el diferencial entre el bono italiano a diez años y el
alemán para el mismo periodo- siga aumentando.
También Di Maio aseguró en los últimos días que el Ejecutivo italiano no
cedería en sus objetivos de déficit, del 2,4 % del producto interior
bruto (PIB) fijado inicialmente para el próximo trienio, y el Gobierno
lo ha acabado haciendo, después de que las instituciones europas
avisaran de que estos datos se salían de las reglas europeas.
La administración italiana tuvo que rectificar sus estimaciones
iniciales, y aunque mantuvo el déficit del 2,4 % del PIB para 2019, dejó
la cifra en el 2,1 % en 2020 y en el 1,8 % en 2021.
Estas previsiones están incluidas en el conocido como Documento de
Economía y Finanzas, un cuadro macroeconómico que deberá ser aprobado
por el Parlamento y que marcará la senda que seguirá el Gobierno en esta
materia.
El documento está previsto que llegue a la
Comisión de Presupuestos de la Cámara de los Diputados en las próximas
horas para iniciar su trayectoria parlamentaria.
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