El de Argentina es un caso estructuralmente muy semejante al de otros
países latinoamericanos. Colonias reales de España y Portugal hasta
principios del siglo XIX, pasaron a ser colonias de facto del Reino
Unido y Alemania después, para, a partir de finales del siglo integrarse
total y completamente en la órbita USA: ‘el patio trasero’, una idea
que quedó perfectamente recogida en lo que respondió el Presidente
Franklin Delano Roosevelt cuando le dijeron que Anastasio Somoza, un
dictador-marioneta colocado por USA en Nicaragua, se estaba comportando
como un hijo de puta: “Si, pero es nuestro hijo de puta”.
El
subidón de las economías latinoamericanas se produjo entre los inicios
de la I Guerra Mundial y la crisis de la energía de 1973. Aunque dentro
de la influencia USA en la mayoría de esos países había un cierto juego
político y una independencia de gobierno que en realidad iba pasando de
un miembro a otro de oligarquías internas apoyadas por ejércitos cuyos
mandos básicamente habían salido de esas mismas familias oligarcas. Hubo
excepciones a esa dinámica, claro.
Después de 1973 se abordó en
otra dinámica en la que los únicos protagonistas fueron la deuda
impagable en la que los países latinoamericanos entraron y los golpes de
estado militar auspiciados y bendecidos por USA que fueron tapizando
todo el continente: las ‘dictaduras amigas’ de Ronald Reagan.
El
papel económico de estos países siempre ha estado orientado a la
exportación de commodities, de hecho sus momentos de boom han estado
correlacionados con periodos de precios elevados de las mismas. A su
calor se han ido desarrollando actividades que siempre han debido tener
puesto un ojo en la cotización de su moneda que de una u otra manera
siempre, también, ha tenido el dólar USA como referencia. Con
ligerísimas particularidades este ha sido el devenir de Argentina.
Vean
este ramillete de citas: fueron dichas en uno de los períodos
económicos más duros de la historia de Argentina y, pienso, resumen muy
bien la realidad económica del país; y pongan atención a sus fechas.
“El
neoliberalismo produce distorsiones tremendas, como en Argentina,
bandazos de un lado a otro, desequilibrios gigantescos, desesperación y
angustia del que está sin trabajo, y la penuria incluso de muchos que sí
lo tienen, falta de rentabilidad del campo. Y no hablemos de índices de
pobreza, da vergüenza hablar de índices de lo que sea. Hay que hablar
de humillación, de gente que quiere trabajar y no puede llevar el
alimento o la medicina o la educación a sus hijos”.
Raul Alfonsín, Presidente de la República Argentina (1983 – 1989). Entrevista en El País 09.09.2001.
“Una
encuesta del estudio CCR demuestra que de cada diez argentinos, cuatro
creen que sus hijos vivirán peor que ellos, seis reconocen que cayó su
nivel social y cuatro dicen que nunca estuvieron tan mal”.
Alejandro Rebossio, “El fin de la ilusión argentina”. El País Negocios 07.10.2001
“Nunca
se han visto tantos pibes abandonados, descalzos, harapientos, pidiendo
limosnas; tantas personas durmiendo en los umbrales; tantos padres con
sus hijos revisando los tachos de la basura al final del día. Yo me
eduqué, como todos, en la ilusión del país que era un crisol de razas,
como nos decían en la escuela, asisto impotente al desastre”.
Armando
Mongieri, 52 años, contable en ejercicio en Buenos Aires, comentando
sobre la crisis económica que asuela Argentina desde Julio de 1998.
Carlos Ares, “Cicatrices de la crisis”. El País 05.11.2001.
“Se
dice que Argentina debería ser un país muy rico porque tiene
superabundancia de recursos naturales. El desarrollo económico no
depende de los recursos naturales, aunque mejor tenerlos que no
tenerlos. Depende de la inserción de la economía nacional en el mercado
internacional.
Argentina fue rica cuando alimentaba a los países
industrializados que no se autoabastecían de alimentos. Argentina
aprovechó, entre finales del siglo XIX y finales de la década de los
años treinta del siglo XX, ese negocio. Cuando eso terminó, Argentina no
se planteó qué venderle al mundo.
Durante la Segunda Guerra Mundial
tuvo una temporal resurrección del viejo negocio. En la posguerra adoptó
un modelo de crecimiento sobre la base de proteger su mercado interno.
Eso se agotó a finales de los cincuenta. (…) La idea dominante, desde
hace una década, es que lo único que debe hacer el Estado es controlar
ciertas variables macroeconómicas porque todo lo demás viene por
añadidura. Esa concepción neoliberal extrema produjo la crisis, de la
cual hoy es difícil salir”.
Rodolfo Terragno, senador por la
Alianza gobernante en Argentina y ministro de Obras Públicas en el
Gobierno de Raúl Alfonsín (1983 – 1989). Entrevista realizada por Carlos
Ares. El País 09.12.2001.
“Ahora vivimos en una
calma tensa. Si no se reactiva la situación de muchas empresas, puede
suceder cualquier cosa. Aquí nos inundaron con máquinas y productos
agropecuarios importados. El productor no puede comprar nada porque está
endeudado hasta las cejas, y los bancos le apuntillan con intereses
usureros”.
Eduardo Rosconi, intendente de Casilda, ciudad
orientada a la producción agraria del Sur de la provincia de Santa Fe,
Pampa húmeda argentina, comentando la situación generada en la zona tras
el estallido de la crisis a finales del 2001. Francesc Ralea, “Rebelión
en las provincias argentinas”. El País 20.01.2002.
“Haga patria, queme un banco”.
Pintada aparecida en la pared de una entidad bancaria de la localidad argentina de Mar del Plata. El País 20.02.2002.
“Estamos
trabajando para crear una Argentina sostenible, no un país que,
simplemente, se gasta el dinero de los fontaneros y carpinteros
norteamericanos que ganan 50.000 dólares anuales y se preguntan qué
hacemos con su dinero por el mundo”.
Paul O’Neill, secretario
del Tesoro de Estados Unidos, en un programa de televisión. Ernesto
Ekaizer, “El Fondo Monetario del señor O’Neill”. El País Domingo
25.08.2002.
¿El resumen del resumen? Pienso que el
mal de toda el área latinoamericana en general y de Argentina en
particular ha sido, es, y pienso continuará siendo, la dependencia
porque ha sido, es y pienso seguirá siendo, periferia de un centro
monetario, financiero y tecnológico que se halla fuera de sus confines y
sobre el que nada puede influir. Y revertir eso …
Por ello importa poco
el rostro y el color político de quienes gobiernan porque esos
gobernantes han de hacer lo que se les dice cuando se les dice, como
todos los de todas partes, ya, pero ellos más por su grado de
dependencia es mayor.
Intentos, muchos. ¿Recuerdan la dolarización?. El penúltimo las medidas recién adoptadas por el Presidente Mauricio Macri. https://elpais.com/economia/2018/09/03/actualidad/1535977553_350136.html
Pienso que como en anteriores ocasiones, ‘la solución’ llegará de fuera.
(*) Catedrático de 'Estructura Económica' en IQS de la Universidad Ramón Llull de Barcelona
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