LONDRES.- La primera ministra
británica, Theresa May, fustigó el viernes a los líderes de la UE
calificando de inaceptable su rechazo al plan propuesto para el Brexit y
advirtiendo de que las negociaciones, que debían terminar en octubre,
están "en un callejón sin salida".
May se llevó un rapapolvo de
sus socios europeos en la cumbre informal de miércoles y jueves en la
ciudad austriaca de Salzburgo: su plan para sacar a Reino Unido de la
Unión Europea manteniendo una estrecha relación comercial pero sin hacer
grandes concesiones no funcionará, le dijeron.
Su intervención provocó la rápida reacción del presidente
del Consejo Europeo, Donald Tusk, que dijo en un comunicado estar
"convencido de que un compromiso, bueno para todos, aún es posible".
"Estamos
en un callejón sin salida", lamentó la dirigente británica en una
declaración televisada desde Downing Street. "En este estadio, no es
aceptable rechazar simplemente las propuestas de la otra parte sin una
explicación detallada y sin contrapropuestas", afirmó.
May mantuvo
que su "plan de Chequers", presentado en junio, y que prevé mantener
una relación económica estrecha con la creación de una zona de libre
comercio para los bienes industriales y los productos agrícolas, seguía
siendo "la mejor manera de proteger los empleos aquí [en Reino Unido] y
en Europa, y de evitar una frontera física entre la provincia británica
de Irlanda del Norte y la República de Irlanda", como reclama igualmente
Bruselas.
En Salzburgo, los 27 mostraron su rechazo a la
propuesta británica, considerada incompatible con la integridad del
mercado único y el mantenimiento de las cuatro libertades de circulación
(bienes, servicios, personas y capitales).
Theresa May exigió el
viernes ser tratada "con respeto" por sus homólogos europeos y afirmó
que Londres esperaba ahora que Bruselas proponga "una alternativa".
"Hasta entonces, no podemos progresar", concluyó.
"Por el bien de
las negociaciones y por respeto a los esfuerzos de la primera ministra
Theresa May, hemos decidido considerar el plan de Chequers como un paso
en la buena dirección", respondió Donald Tusk.
Éste explicó que
"la posición británica, antes y durante la cumbre de Salzburgo,
sorprendentemente dura e intransigente" llevó a los dirigentes europeos a
"reiterar su posición sobre la integridad del mercado único".
El
primer ministro irlandés, Leo Varadkar, consideró el viernes que las dos
partes "entraban en una fase difícil", pero subrayó que estaba decidido
a llegar a un acuerdo.
- "Humillada" -
Para Simon
Usherwood, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Surrey,
los europeos efectuaron "una especie de aclaración" ante las
informaciones que circulaban en Reino Unido, según las cuales la UE
estaba "dispuesta a hacer concesiones".
Una aclaración que llega
en un momento muy delicado para May, a solo unos días de tener que
rendir cuentas ante su partido, que se reúne en congreso a partir del 30
de septiembre en Birmingham (centro de Inglaterra).
La prensa
británica afirmó unánimemente que May, quien esperaba encontrar un
cierto apoyo de los líderes europeos frente la creciente oposición
interna en su propio partido, había sido "humillada" por estos.
Theresa May es "incapaz de obtener un buen acuerdo sobre
el Brexit", reaccionó el jefe de la oposición, el líder laborista Jeremy
Corbyn. "Se puso en una situación imposible", declaró Keir Starmer, el
pro-Brexit del Partido Laborista. "Pensaba [May] que la reunión [de
Salzburgo] iba a ayudarle durante el congreso [conservador] pero le ha
perjudicado".
May prometió hacer nuevas propuestas respecto a
Irlanda del Norte que "preservarán la integridad del Reino Unido", pero
volvió a afirmar que su país preferiría que no haya acuerdo "a un mal
acuerdo".
La libra, que ya retrocedía frente al dólar y el euro, aumentó
bruscamente sus pérdidas tras el discurso de May. Según Craig Erlam,
analista de la firma Oanda, es la muestra de que los mercados creen que
cada es vez más probable una separación sin acuerdo, que tendría un
elevado coste para la economía británica según el FMI.
Los jefes
de Estado y de gobierno de los 27 también dejaron en suspenso la
convocatoria de una cumbre especial, sugerida para mediados de noviembre
para cerrar el acuerdo, afirmando que esta no tendrá lugar si no hay un
progreso real en el próximo Consejo Europeo, el 18 y 19 de octubre en
Bruselas.
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