MADRID.- El Banco de España ha indicado este viernes que la recuperación del
nivel del PIB previo al inicio de la recesión económica en las economías
de la Eurozona está siendo “más lenta” en comparación con el resto de
los ciclos expansivos observados desde los años setenta, especialmente
en países como España e Italia, “más afectados por la crisis de deuda
soberana”.
En el caso de España el nivel de la deuda pública roza el 100% del
PIB y su prima de riesgo llegó a superar los 600 puntos básicos en el
verano de 2012, cuando el presidente del Banco Central Europeo (BCE),
Mario Draghi, pronunció sus palabras de que haría todo lo posible para
salvar el euro. Actualmente, la prima se sitúa en torno a los 100 puntos
básicos.
En un análisis titulado ‘El momento cíclico del área del euro y el
posible papel de los factores de oferta’, el Banco de España afirma que,
según una metodología empleada por el BCE, en el área del euro la
duración promedio de las expansiones ha sido de 31 trimestres, frente a
los 19 trimestres actuales, al tiempo que la intensidad promedio de la
recuperación ha sido de 20 puntos porcentuales del PIB y en la fase
actual son 9 puntos.
Así, destaca que la expansión observada desde el mínimo alcanzado a
comienzos de 2013 todavía es “inferior”, tanto en duración como en
intensidad del crecimiento al promedio de las fases alcistas de otros
ciclos, lo que en principio “parece sugerir la existencia de cierto
margen adicional para su prolongación”.
Asimismo, apunta que a pesar de que la actividad económica del área
del euro registró en el primer semestre de 2018 una desaceleración “más
intensa” de lo anticipado a finales del año pasado, el PIB del conjunto
del área del euro continúa progresando a ritmos superiores a los del
producto potencial que, según distintas estimaciones, crecería a tasas
en torno al 1,5%.
Tras esta debilidad de la recuperación, añade el Banco de España, se
encuentra el “menor dinamismo” que han mostrado todos los componentes
del PIB y, en particular, las exportaciones y la inversión empresarial
que, para el conjunto del área, alcanzó los niveles precrisis con gran
retraso, a finales de 2016.
Recuperación intensa en empleo
Por el contrario, destaca que la actual fase cíclica está siendo “muy
intensa” en términos de generación de empleo, como consecuencia, entre
otras razones, de la “moderación de los salarios” y de la contribución
al crecimiento comparativamente más elevada que están teniendo los
sectores más intensivos en el uso del factor trabajo, como los
servicios.
En este contexto, las encuestas realizadas por la Comisión Europea a
los empresarios señalan la existencia de un porcentaje creciente de
empresas que tienen dificultades para encontrar mano de obra, al tiempo
que los niveles de utilización de la capacidad productiva alcanzan
valores “históricamente elevados” en la mayoría de los países.
Adicionalmente, afirma que de cara al futuro, el papel que puedan
desempeñar los intensos flujos migratorios recibidos en la etapa
reciente a la hora de “aliviar un eventual tensionamiento del mercado de
trabajo” del área es “incierto”, en la medida en que el grado de
empleabilidad de estas personas y sus posibles dificultades para
integrarse en la población activa son, de momento, “difíciles de
estimar”.
También considera “incierto” el recorrido adicional que puedan tener
las tasas de participación de algunos segmentos de la población de
varios países, tales como mujeres y jóvenes, que todavía presentan
valores “relativamente reducidos” en comparación internacional.
Desaceleración por factores de demanda
Por todo ello, el Banco de España concluye que la desaceleración que
está registrando en este momento la zona euro estaría reflejando,
fundamentalmente, factores de demanda relacionados con la disminución de
la demanda global de bienes y servicios y con la evolución adversa de
la confianza de los agentes, en un contexto de “creciente tensionamiento
geopolítico”.
De cara al futuro, asegura que, en la medida en que la economía de la
Eurozona evolucione en línea con las previsiones actuales, “que son
consistentes con ritmos de crecimiento superiores al potencial”, los
factores de oferta deberían comenzar a desempeñar un papel
“progresivamente más relevante” en la determinación del PIB.
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