BRUSELAS.- España fue el país de la Unión
Europea (UE) que recibió un mayor porcentaje del presupuesto comunitario
para programas nacionales de apicultura entre 2013 y 2015, según un
informe publicado hoy por la Comisión Europea (CE).
En concreto, España obtuvo un 16 % de los 33 millones de euros que esta
iniciativa destina a la mejora de las condiciones de las colmenas de
abejas y los productos derivados de estas en todos los Estados miembros,
por delante de países como Francia, que recibe un 11 %, y Rumanía, con
un 10 %.
Según datos de la CE, España es el segundo mayor
productor de miel de los Veintiocho y generó 32.200 toneladas del
producto en 2015, solo por detrás de Rumanía, que produjo 35.000
toneladas.
El informe de la CE revisó la
implementación de los programas nacionales de apicultura, que reciben
anualmente 33 millones de euros de presupuesto europeo a través de la
Política Agrícola Común (PAC) y tienen el objetivo de mantener las
colonias de abejas, consideradas "esenciales" para la agricultura y el
medio ambiente.
Además de asegurar la reproducción de
las plantas mediante la polinización, el mantenimiento de colmenas
facilita el desarrollo de áreas rurales y permite producir miel, polen,
jalea real y cera de abeja.
Según el documento, las
colmenas de abejas aumentaron su presencia en los países de la UE hasta
alcanzar un total de 15,7 millones entre 2013 y 2015, un aumento del 12 %
respecto al anterior periodo revisado (2011-2013).
La mayor producción de miel en la UE tuvo lugar en países como España,
Rumanía e Italia, regiones al sur del continente donde las condiciones
climáticas son más favorables para la apicultura.
La
UE es el segundo productor mundial de miel después de China con una
producción anual en torno a las 250.000 toneladas, si bien no produce
suficiente para cubrir su propio consumo e importa desde China, México y
Ucrania unas 200.000 toneladas (2015).
La
publicación de la CE coincide con una petición realizada hoy por la
organización ecologista Greenpeace, que instó al Ejecutivo comunitario a
prohibir los pesticidas neonicotinoides, a los que se responsabiliza de
alterar las poblaciones de abejas.
En un informe,
Greenpeace urge a la CE a extender la prohibición de estos plaguicidas,
muy utilizados en la agricultura intensiva en el norte de Europa, más
allá de la adoptada en 2013, en la que la CE restringió el uso de tres
variantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario